

Tras pasar la noche en el área de autocaravanas de Saint Emilion nos disponemos a conocer a primerísima hora este bello pueblo con un carácter muy especial. Ya os comentamos en el apartado de lo mejor de la Dordoña que Saint-Émilion es una de nuestras recomendaciones imprescindibles, no solo por la belleza estética del lugar sino por su interés como villa troglodita. Lo cierto es que por un momento nos ha parecido estar más bien en Italia que en Francia, en uno de esos bonitos pueblos Toscano, por el enclave rodeado de viñedos y las construcciones de piedra vista.
Simplemente dar un paseo por el entramado de calles ya merece la pena. Aunque si podéis no os perdáis la visita al interior de la Iglesia Monolítica. Para poder visitarlo es necesario concretar una visita guiada con la oficina de turismo local.
A media mañana ponemos rumbo a conocer algunas de las bastidas más bonitas de Francia, pero en el camino nos detenemos en Issigeac, una pequeña aldea muy bonita y con unos edificios singulares muy interesantes con entramados de madera. La distribución urbanística es circular por lo que vamos siguiendo una espiral de callejuelas que nos dejan hipnotizados.
Tras una hora aproximadamente continuamos el viaje hasta la primera bastida, Beaumont-du-Périgord. Los puntos fuerte de esta visita son la plaza y la arquitectura defensiva de sus murallas, puertas e iglesia-fortaleza.
Antes de seguir con nuestra ruta almorzamos en la camper y después ponemos rumbo a Monpazier, la bastida por excelencia. Con los mismos puntos fuertes que su vecina Beaumont-du-Périgord, Monpazier destaca por su impresionante plaza porticada y su bonito mercado de madera. Dispone de un pequeño centro de interpretación, Le bastideum, para profundizar sobre la arquitectura de las bastidas. Nosotros no lo visitamos así que no podemos indicaros si merece la pena.
Terminamos las visitas del día con la bastida de Domme. En los primeros apartados de este artículo os comentábamos que nos sentimos un poco decepcionados con este pueblo. No es que sea feo pero carece del encanto que ofrecieron otros durante el viaje. Aun así os recomendamos que sí decidís incluirlo en vuestra ruta, además de callejear por él, no os perdáis el paseo por su muralla, las vistas son fantásticas.
Para pasar la noche nos dirigimos al aérea de autocaravanas de La Roque-Gageac.
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