Japón en 17 días
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- 25 marzo, 2018
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- By : Irene y Jaime
Japón es un país muy especial, poblado por una civilización única que se ha visto favorecida por su aislamiento geográfico. Esto ha permitido una enorme prosperidad y desarrollo lo que, unido a la perfecta conservación de su cultura milenaria y a la peculiar integración de los aportes extranjeros, convierte este país en una experiencia fascinante e inolvidable para el turista occidental.
Resultado de todo esto son los impresionantes templos y santuarios, los magníficos jardines, una exquisita gastronomía y un pueblo amable y educado. Todos estos factores le han permitido colocarse en los primeros puestos de nuestra lista de viajes, junto a otros como Islandia, Costa Oeste de EEUU o Nueva Zelanda.
Un país de contrastes
Los enormes contrastes convierten el viaje en una continua sucesión de sorpresas. Misteriosos santuarios milenarios rodeados de gigantescos rascacielos futuristas, paisajes verdes y abruptos surcados por las vías del veloz tren bala shinkansen, profesiones tradicionales como las geishas, los luchadores de sumo o los actores de kabuki. Todo ello mezclado con las jóvenes «sirvientas» de los maid cafés o los ultramodernos locales de ocio electrónico del barrio de Akihabara, un sencillo y delicioso ramen en cualquier pequeño local bajo las vías del tren o un exquisito sushi en un restaurante elegante…
Podréis disfrutar del Japón más ancestral paseando por las tradicionales calles de Takayama, Tsumago o Magome o recorriendo el apacible barrio de los samuráis de Kanazawa. O bien podréis experimentar «el futuro» en las modernas Osaka, Yokohama y Tokyo, repletas de estímulos en forma de sonidos, letreros y luces de neón.
Aquí encontraréis todo aquello que busquéis
Nosotros dedicamos un par de semanas largas a recorrer este maravilloso país junto a mis padres, pero podríamos haber estado meses dada la inmensidad de su historia, cultura, puntos de interés y actividades a realizar. Por ello creemos que en Japón todo viajero puede encontrar aquello que busque, ya sea el ritmo más frenético o la paz más sosegada. En cualquier caso es un destino que no deja indiferente a nadie. Consigue remover muchas emociones que nuestro estilo de vida occidental mantiene encerradas y olvidadas en nuestro interior.
Si queréis ambientar vuestra lectura con música sólo tenéis que clicar en el siguiente vídeo y continuar leyendo el post con nuestro ídolo Hans Zimmer.
Indice
Lo mejor de Japón
Modernidad y tradición
En Japón la modernidad se funde con la tradición. A pesar de tratarse de uno de los países más avanzados tecnológicamente del mundo, los japoneses siguen conservando con gran dedicación sus ancestrales costumbres. Una infinidad de rituales y tradiciones llenan el tiempo libre de los japoneses: la ceremonia del té, la escritura japonesa, el ikebana o arreglo floral, el cuidado de los bonsáis, las geishas, las artes marciales, los rituales de ofrendas a los dioses e incluso la preparación del sushi. La concentración, la paciencia, el gusto por el detalle, la armonía y la perfección, por citar algunas, son parte de las admirables cualidades que poseen, y con las que desarrollan su actividad día a día.
Respecto a esto, podemos mencionar dos detalles que ejemplifican ambos extremos:
El bailarín que apartaba las hojas del camino
Una de las cosas que más nos llamó la atención fue ver a una persona mayor barriendo las hojas del parque a la entrada del santuario Meiji en Tokyo. Parecía más un artista o bailarín que un empleado de limpieza. Todos sus movimientos eran elegantes y coordinados y poseían una cadencia lenta pero uniforme que convertía este «sencillo» trabajo en una ensayada coreografía. Nos quedamos embelesados admirando el arte con el que este señor realizaba su labor y al observarle tuvimos la sensación de que el tiempo se ralentizaba. Esto nos permitió apreciar con claridad como las hojas abandonaban suavemente el camino, ocupando el lugar exacto que el trabajador había escogido para ellas al borde del camino.
El cruce del futuro
No menos sorprendente fue disfrutar del barrio de Shibuya en Tokyo, con su famoso cruce. En él una multitud de chicas y chicos, vestidos con estrafalarios looks, se funden en una gran masa que incluso aquí es capaz de ralentizar el tiempo en un sorprendente espectáculo de modernidad y diversidad.
Tribus urbanas mostrando respeto a sus dioses
Lo curioso del asunto es que es tremendamente habitual ver en templos y santuarios a todos estos jóvenes miembros de tribus urbanas con sus peculiares indumentarias (cosplays, lolitas o gyaruos) mezclados con familias y ancianos. Todos ellos dedicando parte de su tiempo libre a mostrar sus respetos a los antiguos dioses protectores.
Esto genera en la mente occidental una gran contradicción dado que nos cuesta concebir que ambos mundos puedan enlazarse y discurrir cogidos de la mano, sin embargo ellos lo viven de forma espontánea y natural. Creemos que esta ambivalencia en la que se adaptan sin cesar a lo moderno sin dejar de lado lo tradicional les otorga un valor adicional como personas y les permite desarrollar con facilidad las anteriores cualidades.
Jardines japoneses
Sentimos que el diseño y cuidado de los jardines son el mejor reflejo de los valores del pueblo japonés: respeto, integridad, rectitud, cooperación, laboriosidad, armonía, orden, fe, gratitud, lealtad o austeridad. En estos pequeños o grandes espacios se aglutinan gráficamente todas estas ideas. Ya se trate de un jardín verde, de piedra o de té, éste representará un universo a pequeña escala y se mostrará como un símbolo de su forma de vivir y de entender la realidad. Todo en ellos está perfectamente estudiado y cada uno de sus detalles guarda un porqué.
Jardín Kenrokuen
Esto nos resultó especialmente conmovedor en el caso del jardín Kenrokuen en Kanazawa, considerado uno de los tres jardines más bellos de Japón, cuyo nombre significa literalmente “jardín de las seis cosas sublimes”: espacio, aislamiento, artificialidad, antigüedad, agua abundante y amplias vistas. Un lugar donde hasta los guijarros que llenan el fondo de los arroyos están minuciosamente colocados para conseguir las ondas perfectas en el agua.
Jardines zen
Además del jardín de paseo anterior nos gustaron mucho los jardines zen, espacios de reflexión y meditación, en los que una vez más «el tiempo se ralentiza» y en los que lo importante no es tanto lo que se aprecia con los ojos como lo que esto sugiere a nuestra mente. Si os interesa este tipo de ideas os recomendamos que dediquéis al menos 30 minutos a disfrutar en soledad y tranquilidad de alguna de estas maravillas. Coged un buen lugar, una cómoda postura y dejad que vuestra mente absorba la inmensidad y plenitud de ese mar (arena) e islas (rocas) que llenarán vuestra visión.
Nosotros disfrutamos de ello en el jardín seco del Templo Nanzen-ji de Kyoto y en Koyasan, en el jardín de piedras y arena Banryu-tei, el más grande del país, que representa a dos dragones que salen de un mar de nubes para proteger el santuario.
Templos y santuarios
Y cómo no, tenemos que incluir en este apartado los templos y santuarios. Dado que existen infinidad de ellos os hacemos una selección de los que más nos gustaron:
Santuario Meiji, calma en el corazón de la ciudad
En Tokyo el santuario sintoísta Meiji, un remanso de paz y espiritualidad inmerso en un precioso bosque, rodeado de los rascacielos, edificios modernos y grandes avenidas de los barrios de Shibuya, Shinjuku y Omotesando.
Templos y santuarios de Kyoto
En Kyoto es prácticamente imposible elegir un único templo/santuario por lo que hacemos un pequeño ranking con nuestros cinco recintos sagrados favoritos:
El dorado Kinkaku-ji
Templo budista del Pabellón de Oro, Kinkaku-ji, donde destaca el famoso y fotografiado Pabellón Dorado.
El Templo de Plata
Templo budista del Pabellón de Plata, Ginkaku-ji, con un jardín exquisito que cuenta con un enorme cono de arena curiosísimo.
Mil estatuas nos observan en Sanjusangen-do
Templo budista Sanjusangen-do, con 1000 y una estatuas del bodhisattva Kannon, asociado a la Compasión.
Recorre el camino de toris en Fushimi Inari
Santuario sintoísta Fushimi Inari, con los innumerables toris rojos.
El Templo zen Nanzen-ji
Monasterio y templo budista Nanzen-ji, donde destacan los jardines zen y las pasarelas que los cruzan.
El inmenso Todai-ji
En Nara el inmenso templo budista Todai-ji, la construcción de madera más grande del mundo que cuenta en su interior con una gigantesca estatua de Buda.
El templo de Tomb Raider Daisho-in
En la isla de Miyajima nos quedamos con el templo budista Daisho-in, caminar por el interior de este recinto rodeados por un espeso bosque te traslada a una aventura de Lara Croft o Nathan Drake.
El pueblo japonés
Los japoneses son un pueblo increíblemente hospitalario, amable y educado. A pesar de existir una gran barrera lingüística con los turistas occidentales, dado que no muchos japoneses hablan inglés, esto no supone un gran problema. Su carácter atento y servicial convierte la comunicación más complicada en un proceso agradable y, en muchos casos, simpático. Si preguntas a un japonés en que andén de la estación debes coger el tren, no dudarán ni un instante en dejar todo lo que estén haciendo para llevarte en una divertida carrera a tu destino.
En Japón conseguir una comunicación fluida entre el turista y el nativo se basa mucho más en el lenguaje gestual, las sonrisas y las miradas que en el uso del lenguaje oral. Es tal la simpatía y educación de los nipones que en ciertos modos llega a abrumar.
Konnichiwa y arigatou gozaimasu
Por ejemplo, cuando se entra en una cafetería o un restaurante y a pesar de que cada uno de los empleados este realizando sus tareas, ninguno de ellos dejará de regalarte una sonrisa y saludarte con un konnichiwa.
De igual forma cuando abandones el lugar, e independientemente de la cantidad de clientes que lo abarroten, todos los camareros se despedirán de ti con la radiante sonrisa y un arigatou gozaimasu. Estas últimas palabras de agradecimiento seguramente serán las palabras que más escucharéis en vuestro viaje a Japón y denotan perfectamente este increíble rasgo del carácter nipón.
Lo peor de Japón
Nada. Japón superó con creces las expectativas que teníamos antes de ir. Para nosotros ha sido el viaje más especial, y se ha convertido en un recuerdo bello e inolvidable. Aunque quizás podríamos decir que lo peor fue no poder ver Nikko y el castillo de Himeji por estar en obras. Podéis consultar la apertura y cierre de monumentos, además de muchos otros detalles en la web de Japan Travel, que además ‘está en español!
¿Cuándo ir a Japón?
Existen dos momentos clave para visitar Japón y ambos coinciden con un bello espectáculo natural: el Sakura o florecimiento del cerezo en primavera y el Momiji o enrojecimiento de las hojas de los árboles en otoño.
El sakura
Durante la primavera y el otoño la temperatura es suave y las lluvias no son tan intensas como en otras épocas. Si pensáis viajar en primavera debéis tener en cuenta que en esa época se celebran varias festividades que conllevarán grandes aglomeraciones y altos precios. Una de los festivales más famoso es el Hanani durante el Sakura, en el que las familias y amigos se reúnen en los parques para compartir un picnic bajo los cerezos en flor.
El verano está marcado por un calor y una humedad terribles, coincidentes con la época de tifones.
El momiji
Nosotros nos decidimos por conocer el Momiji, aprovechando el puente de octubre para viajar del 4 al 20 de dicho mes. Si esta es vuestra idea os recomendaríamos que viajarais entre finales de octubre y la primera quincena de noviembre. Aunque pudimos disfrutar de los bellos tonos dorados y rojos de las hojas, el otoño aún no estaba en su máximo esplendor.
Itinerario por Japón
Octubre 2013
Día 1. Traslado a Madrid y vuelo hacia Dubai.
Día 2. Dubai – Tokyo sobrevolando el Himalaya. Primer choque cultural: llegada nocturna a la capital nipona.
Día 3. Tokyo: para empezar un viaje ultrasónico entre el pasado y el futuro. Templo Senso-ji, crucero por el río Sumida, parque Hamarikyu, Yurikamome la experiencia Blade Runner definitiva, cenando tonkatsu en la Isla de Odaiba.
Día 4. Tokyo: otro día lleno de contrastes, pero…¡¿dónde estamos?! Lonja del pescado de Tsukiji, Ginza la “Quinta Avenida” nipona, el famoso cruce de Shibuya, la calle más divertida Takeshita Dori, cultivando las tradiciones en el Santuario Mei-ji, subiendo hasta las alturas de los rascacielos de Shinjuku, cena típica de yakitoris y callos como los de la abuela en el Callejón del Pis 😀 😀 😀
Día 5. Kamakura y Yokohama. Ruta a pie del Daibutsu: encontrar un Buda gigante al salir del bosque en Kamakura, y alucinar desde el mar con el moderno skyline de Yokohama.
Día 6. Tokyo. Un paseo por la historia y la cultura de Japón. Jardines del Palacio Imperial, un cafelito con nuestra maid preferida y echamos unas maquinitas en el barrio de la electrónica Akihabara. Ponemos rumbo al oeste.
Día 7. Castillo de Matsumoto y Ruta a pie Nakasendo. Conociendo a fondo el Castillo del Cuervo y explorando a pie un tramo del antiguo camino del correo imperial entre Magome y Tsumago, ¡con sorpresa incluida! 😊 😊
Día 8. Takayama. Disfrutando del Japón ancestral, aldea de Hida no Sato, Centro Histórico, y cenar la mejor ternera de nuestra vida. Noche maravillosa en un ryokan tradicional.
Día 9. Kanazawa. La perfección de Japón atraviesa de lleno nuestras mentes. Mercado Omicho, Barrio Ninja y casa Omura, el inolvidable Jardín Kenrokuen, Barrio de las Geishas.
Día 10. Isla de Miyajima. Vistas increíbles del Mar Interior Seto Naikai desde la cima del monte Misen, viviendo una aventura a lo Lara Croft entre bosques, templos y santuarios, noche junto al famoso tori.
Día 11. Isla de Miyajima y primeros pasos en Kyoto. Explorando el Templo Daisho-in, y entre la tierra y el mar en el Santuario de Itsukushima. Noche en Kyoto iluminados por los farolillos del Santuario Yasaka.
Día 12. Kyoto, día en la antigua capital de Japón. Ginkaku-ji el Pabellón Plateado, Paseo del Filósofo, Templo Nanzen-ji y su delicioso jardín seco, Templo Chion-in, Barrio de Gion y su omnipresente Pagoda Yasaka.
Día 13. Kyoto, la ciudad de los innumerables templos. Templo Sanjusangen-do con sus 1000+1 estatuas, el templo de todos Kiyomizu-dera, el trino del Castillo de Nijo, Kinkaku-ji el Pabellón Dorado, cena divertida en el Pasadizo Pontocho.
Día 14. Monte Koya y Osaka. El Japón más venerado y el más alocado.
Día 15. Santuario Fushimi Inari y Nara. Cruzando las mil puertas del santuario del dios del arroz, ciervos e inmensos templos en Nara.
Día 16. Kyoto. El distrito y el bosque de bambú de Arashiyama. De vuelta a casa…
Día 17. Vuelos Kyoto – Dubai y Dubai – Madrid.
Consejos prácticos para viajar a Japón
¿Es necesario visado para viajar a Japón?
Para los españoles que deseen viajar a Japón por estancias inferiores a 90 días no es necesario obtener visado.
Transporte en Japón
Nosotros recomendamos realizar los desplazamientos utilizando el transporte público: en trayectos entre ciudades con el tren, en Tokyo con el metro y el tren urbano y en Kyoto con el autobús.
¿Cómo funciona el Japan Rail Pass?
Para los viajes entre diferentes ciudades podéis obtener el bono de transporte Japan Rail Pass (JRPass) a través de alguna de las webs que lo venden. Os pueden asesorar sobre el formato (7, 14 o 21 días consecutivos) que os viene mejor en función de la duración y el itinerario de vuestro viaje. Se compra por adelantado, y se recibe en casa una «orden de intercambio» junto a una guía de viaje digital y un mapa de la red de trenes.
Una vez en Japón se canjea esta «orden de intercambio» por el pase JR entregando además el pasaporte. Esto puede realizarse en los principales aeropuertos y estaciones JR. Nosotros lo realizamos en la estación de Shinjuku en Tokyo. La opción que nos salió más rentable fue el pase de 7 días. Lo activamos el quinto día del viaje organizando los desplazamientos más caros y que entraban dentro del pase durante los siguientes días.
¿Cómo funciona el transporte público?
En el caso del transporte público dentro de las ciudades, disponéis de diferentes tarjetas prepago como por ejemplo las tarjetas monedero Suica y Pasmo. Con ellas podréis utilizar trenes, metro, autobuses e incluso pagar en algunas tiendas y restaurantes.
En Tokyo
Nosotros para Tokyo utilizamos la Pasmo que, en el momento de nuestro viaje, nos resultaba más útil para las actividades que íbamos a realizar. La compramos en una estación del metro.
En Kyoto
En Kyoto nos desplazamos en autobús. La ubicación de nuestro hotel, junto a la estación central, nos facilitó mucho los desplazamientos entre templos, dentro de la ciudad. Es muy fácil y siempre podéis preguntar a algún japonés para pasar un rato agradable mezclado con los lugareños.
El metro
Para el uso del metro hay que tener en cuenta que en el suelo aparece marcada la posición exacta donde parará la puerta de cada vagón. Es bueno respetar el espacio y la fila para evitar problemas con las aglomeraciones en las salidas y entradas a los vagones.
Comida en el tren
Algunos trayectos en tren son especialmente largos y os vendrá bien comprar algo para llenar el estómago durante el viaje. Os recomendamos que probéis los bentos, unas cajitas de comida para llevar que normalmente incluyen arroz, pescado y/o carne y una guarnición de verduras junto a alguna porción de sushi.
Akihabara: Maids cafés
Os recomendamos experimentar el Japón más excéntrico en el barrio de Akihabara, disfrutando de una tarta y un café en los peculiares Maids cafés, rodeado de maids y probando lo último de Sega o Nintendo en los futuristas locales de videojuegos.
Gastronomía japonesa
En cuanto a la gastronomía en Japón sucede una cosa bastante curiosa: la mayoría de los restaurantes se encuentran especializados estrictamente en un estilo de cocina por lo que si viajáis en grupo tendréis que tener claro que lo más seguro es que todos tengáis que comer «lo mismo». Nos explicamos, no es que cada uno tenga que pedir el mismo plato, sino que todos los platos estarán elaborados de la misma manera variando los ingredientes.
Podréis comer en restaurantes de tempura (rebozados), katsu (empanados), ramen (fideos), okonomiyaki (pizza japonesa), donburi (cuenco grande de arroz), sushi o gyu (carne de ternera) entre muchos otros.
Comer en Japón es muy fácil
A la hora de elegir dónde comer o cenar no os preocupéis porque el idioma no supondrá, una vez más, una barrera insalvable. En los escaparates encontraréis representaciones en cera de cada uno de los platos, y en las cartas también encontraréis fotografías con lo que os será relativamente sencillo imaginar que comeréis.
Experiencias culinarias inolvidables
De entre todos los platos que probamos en Japón os recomendamos que probéis la ternera de la región de Hida, la carne más exquisita que hemos probado nunca. En ese restaurante en concreto únicamente podías elegir el tipo de corte de la carne, al tratarse de un local de gyu.
En una de nuestras cena, en el callejón del Pis bajo la estación de Shinjuku, pedimos callos pensando que eran fideos 😀 😀 😀, pero resultó que estaban buenísimos y el «fallo» nos proporcionó otro momento divertido. Sobre todo viendo la cara de la camarera cuando entramos en el local y pedimos los callos 😀 😀 😀
La experiencia Blade Runner definitiva: el monoraíl Yurikamome
Si queréis disfrutar una experiencia futurista no podéis perderos el monorraíl Yurikamome, que enlaza el centro de Tokyo con la isla de Odaiba. Cuando entréis corred rápidamente a las primeras posiciones del vagón para disfrutar de las increíbles vistas desde las alturas de la ciudad de Tokyo, viviendo una escena a lo Blade Runner.
El baño tradicional japonés: el onsen
Sin duda tenéis que probar la experiencia del onsen, el baño tradicional japonés que aprovecha el calor natural de las aguas termales de origen volcánico, presentes en gran parte del país. En primer lugar deciros que en el onsen tradicional hay dos espacios separados: uno para hombres y otro para mujeres. Si queréis disfrutar de uno mixto tendréis que buscarlo porque no es lo habitual.
¿Cómo se utiliza un onsen?
Vamos con el meollo del asunto. El proceso es muy sencillo: primero se entra en un pequeño vestuario en el que habrá un cestito donde poder dejar la ropa y una mini mini toalla, ¿cómo me tapo con esto?… mejor dicho ¿qué me tapo con esto? 😀 😀
Tienes que desnudarte por completo, ya que no está permitido el traje de baño. Ahora con la “súper” toalla en la mano te encaminas al onsen propiamente dicho. Al acceder encuentras una pequeña piscina/bañera llamada ofuro, junto a una serie de grifos, cubos, jabón y unos taburetes… y ¿ahora qué hago?
Ya estamos a punto
Pues lo que se haría en cualquier sitio, antes de entrar en la piscina hay que ducharse. Llenas tu cubito con agua fresca, te sientas en el taburete, te enjabonas y te echas el cubo por encima. La primera vez resulta un poco cómico pero enseguida se le coge el gusto.
Ahora ya estamos limpitos y preparados para relajarnos en la piscina 🙂 :). Metemos un pie y sentimos el infierno en nuestras carnes, el agua está… ¡¡hirviendo!! Con mucho esfuerzo consigues meterte y cuando llevas pocos minutos o más bien segundos 🙂 🙂 tienes que salir obligado a por otro cubo de agua, esta vez fría. Y ahora es cuando ya sabes qué hacer con la toallita, la mojas con agua muy fría y vamos de vuelta a la piscina.
Ahora sí, ¡a disfrutar!
Esta vez la cosa va mejor, con la toalla fresca en la frente empiezas a relajarte y a disfrutar de esta maravillosa experiencia. Si tenéis la suerte de compartirla con algún japonés/a seguro que pasáis un rato muy agradable y divertido. Además el proceso será más sencillo porque sólo tendréis que imitarlo.
Por último recordad que en principio es mejor no llevar tatuajes o taparlos si son pequeños, ¡os pueden confundir con un miembro de la yakuza!
Alojamiento tradicional japonés: el ryokan
Otra experiencia que hay que vivir es la de pasar al menos una noche en un ryokan, alojamiento tradicional japonés. Están dotados de habitaciones con piso de tatami divididas en dos zonas separadas por medio de paneles corredizos de papel. Una para dormir con futones y una sala de estar. Suelen disponer de un onsen privado, jardines y cocina sofisticada con auténticas delicias.
Nosotros disfrutamos del ryokan en Takayama y en Miyajima y podemos decir que ha sido una de las experiencias más mágicas que hemos vivido. Además ¡los futones son comodísimos!
Cómo pisar el tatami
Recordad que en las viviendas, monumentos, restaurantes o alojamientos que tengan suelo de tatami tendréis que descalzaros antes de entrar por lo que revisad los “tomates” de los calcetines al salir del hotel :D:D.
Importante recordar que para entrar en los aseos tienen unas chanclas comunitarias por lo que al salir no os olvidéis dejarlas donde las encontrasteis, no vaya a ser que os pase lo que a una que yo me se… :D:D
Para ambientar el viaje a Japón
– Las maravillosas películas “Cuentos de Tokio” (1953) y su remake “Una familia de Tokyo” (2013) para conocer el estilo de vida y los lazos familiares de los japoneses en dos épocas distintas.
– La película y la BSO de “Memorias de una geisha” para conocer más de cerca la vida de estas artistas japonesas.
– La película «Lost in Translation» para sentir con fuerza el choque que genera una inmensa urbe como Tokyo.
– Los libros del genio Haruki Murakami, especialmente la mágica trilogía “1Q84”.
– La BSO de la película “El último samurai”.
Alojamientos en Japón
Hotel Sardonix Ueno, Tokyo. €. Recomendable.
Pasamos cuatro noches en este sencillo y limpio hotel dotado de pequeñas habitaciones de estilo occidental. El desayuno se toma en una cafetería junto al hotel donde puedes elegir entre tostadas, perritos calientes, panecillos o tortitas, y para beber entre té y café. Fue nuestro primer contacto con los estrambóticos y alucinantes váteres japoneses.
Hotel Wing International Nagoya, Nagoya. €. Recomendable.
Nos alojamos dos noches en este hotel ubicado junto a la estación de tren. Las habitaciones son amplias y sencillas, de estilo occidental. No probamos el desayuno por lo que no os podemos decir como está.
Ryokan Hodakaso Yamano-Iori, Takayama. €€€. Fantástico.
Nos alojamos una noche en este precioso ryokan con habitaciones de estilo tradicional japonés. La habitación disponía de aseo y unos futones comodísimos. Cuenta con un onsen (baños públicos) separado por sexos, muy recomendable.
Probamos el desayuno tradicional japonés, compuesto por sopa, arroz, verduras en salsa y pescado a la plancha, ¡todo delicioso! En la habitación encontrarás un yukata (vestimenta tradicional japonesa) para ponerte cómodo.
Kanazawa Miyako Hotel, Kanazawa. €. Recomendable.
Pasamos una noche en este hotel situado junto a la estación de tren. Las habitaciones son amplias y sencillas, de estilo occidental. No tomamos el desayuno.
Ryokan Ryoso Kawaguchi, Miyajima. €€€. Fantástico.
Excepcional ryokan con habitaciones tradicionales japonesas compuestas por dos estancias (sala de estar y dormitorio) y un aseo, con futones muy cómodos. Cuenta con onsen que puede utilizarse de manera privada en pareja, previa reserva.
Tomamos una cena tradicional japonesa riquísima. ¡No olvides ponerte el yukata para bajar a cenar o salir a dar un paseo nocturno por la isla y su famoso tori!
Kyoto Tokyo Tower, Kyoto. €€. Muy recomendable.
Nos alojamos cinco noches en el hotel de la torre de Kyoto. Modernas y amplias habitaciones de estilo occidental. Cuenta con acceso gratuito a la Torre para los clientes alojados. La ubicación es excelente, justo enfrente de la estación de tren y de la estación de autobuses. Tiene justo al lado un Starbucks y un centro comercial con muchos restaurantes.
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Definitivamente nos vamos a dejar llevar por vuestros consejos para el viaje a Japon! 😍
Gran trabajo chicos
Muchísimas gracias Cristina. Esperamos que os sea muy útil y lo disfrutéis al máximo. Un abrazo muy grande!