

Rapa Nui es el nombre originario de Isla de Pascua, un destino misterioso y mágico que atrae a los viajeros por sus sorprendentes moáis. A día de hoy, todavía existen muchas incógnitas acerca de ellos, que las teorías de arqueólogos y científicos no han podido responder y que sólo la tradición oral ha sido capaz de explicar.
La isla ha sufrido una historia sanguinaria y truculenta, como casi todos los rincones del planeta habitados por el hombre. Un lugar en el que la sobreexplotación y la escasez de recursos destruyó otra civilización. En la actualidad, la isla, continúa siendo escasa en recursos, principalmente agua dulce y energía, por lo que el gobierno chileno sigue un riguroso procedimiento de control y restricción del acceso a ella, intentando llevar una explotación sostenible.
Esta burocracia, unida a su aislamiento geográfico en mitad del océano Pacífico, hace que llegar hasta ella requiera bastante planificación, tiempo y dinero.
Puedes amenizar tu lectura con la banda sonora de Vaina.
Indice
La visión de decenas de cabezas de moáis que salen del suelo en la ladera del volcán es asombrosa.
El yacimiento más impresionante de la isla es Rano Raraku. La baja dureza de la toba lapilli, única en este volcán de la isla, hizo que este lugar fuera el elegido como cantera donde se tallaran los moáis. Éstos luego eran trasladados a los ahu, plataformas ceremoniales repartidas a lo largo de toda la costa, destinadas a honrar la memoria de los antepasados. La manera en la que fueron transportados hasta allí aún es un misterio.
La aldea ceremonial de Orongo, en el borde del cráter del volcán Rano Kau, es uno de los sitios arqueológicos más interesantes de la isla. Esta aldea era habitada de forma ocasional por los competidores del Tangata Manu o competencia del Hombre-Pájaro. Las casas de piedra estaban decoradas en su interior con pinturas que fueron expoliadas.
La competición consistía en descender la pared del volcán hasta el mar y nadar para alcanzar la isla Motu Nui. Allí tenían que robar un huevo de uno de los nidos y ser el primero en llevarlo de vuelta. El ganador durante un año compartía con el rey la jefatura militar y política de la isla.
La gran inversión en tiempo y dinero necesarios para conocer una isla tan pequeñita. Tiene tan sólo 24 km de largo, por lo que en 3-4 días tendrás tiempo de sobra para ver y rever todos los rincones. Recomendamos visitar la isla, pues es un lugar único en el mundo, no nos malinterpretes, pero debes tener en cuenta que el esfuerzo necesario para ello es grande, y a causa de esto podría quedarte una sensación agridulce.
Esta isla polinésica puede visitarse durante todo el año. Tiene un clima subtropical, con temperaturas cálidas y alta humedad constante. La temperatura media ronda los veintipico grados, sin embargo, con una humedad tan alta se crea, una sensación térmica bastante superior, principalmente durante el verano. Las lluvias son frecuentes, de tipo chaparrón. Además el viento hace que el clima sea muy cambiante durante un mismo día.
La Tapati Rapa Nui es el festival cultural más importante de Isla de Pascua. Tiene lugar durante la primera quincena de febrero. Consiste en una competición en la que se elige a la Reina Tapati de entre dos candidatas. La participación es masiva por parte de los habitantes, quienes apoyarán a una de las candidatas. Se realizan distintas pruebas de danza, música, artesanía, diseño de ropa tradicional, desfiles… Durante el festival los precios, ya de por sí elevados, se disparan.
Durante nuestro viaje en enero pudimos ver los ensayos que se hacían en el colegio y en el pabellón deportivo, disfrutando de las danzas tradicionales de forma gratuita.
Enero de 2025
Tras 18 días recorriendo el norte de Patagonia, tomamos un vuelo en Santiago de Chile rumbo a Isla de Pascua. A las 11:00h nuestro vuelo aterriza en la isla. La dueña de nuestro alojamiento se encuentra esperándonos en la puerta del aeropuerto con unos preciosos collares de flores, típicos de la Polinesia. Nos lleva a dar una vuelta en coche por el pueblo, Hanga Roa, ayudándonos a ubicar donde está todo y ofreciéndonos muchas recomendaciones.
Tras realizar el check-in en nuestro alojamiento para los próximos días, compramos las entradas al parque nacional y nos fuimos a almorzar a Aringa Ora. Un restaurante local muy recomendable.
Tras almorzar decidimos tomarnos el postre paseando por la caleta de Hanga Roa, viendo las tortugas marinas y los primeros moáis mientras saboreamos una deliciosa piña, que se vende en puestos ambulantes en la calle.
Teníamos intención de acercarnos a visitar el museo Rapa Nui pero se encontraba cerrado. Al parecer existe una disputa por los terrenos entre los propietarios y el gobierno chileno, y de momento permanece cerrado. Así pues, en nuestro coche de alquiler, nos fuimos a pasar la tarde a la paradisíaca playa de Anakena y la salvaje playa de Ovahe.
De regreso al pueblo realizamos una ruta en coche por la costa, parando a ver, desde el vallado perimetral del yacimiento, Ahu Tongariki y el moái viajero, y después el mirador del volcán Rano Kau.
Terminamos el día viendo el atardecer en Ahu Tahai, donde además de contemplar la puesta de sol detrás de una plataforma de moáis, encontrarás Ahu Ko Te Riku, el único moái completo de Rapa Nui.
Según nos contaron, los moáis se erigían cuando un miembro de la tribu con unas habilidades valiosas para ellos moría. Pensaban que a través del moái esas habilidades se transmitían, y así de este modo no se perdían.
Al amanecer nos desplazamos por libre con nuestro coche para ver la salida del sol en Ahu Tongariki. Desde el muro perimetral puede verse bien ahorrándoos así el coste extra de esta excursión, que tendría que hacerse con guía si entrásemos dentro del recinto.
Regresamos a nuestro apartamento a desayunar y a las 9:00h recogimos a nuestra guía para comenzar el primer tour, donde visitaremos los yacimientos de la costa este de la isla:
Terminamos la visita en la playa de Anakena sobre las 16:00h, donde nos despedimos de nuestra guía. Almorzamos un rico pescado en uno de los restaurantes y después de una tarde de relax en este paraíso regresamos al pueblo.
Dejamos el coche en un aparcamiento junto al cementerio y nos acercamos a ver la cala de Poko Poko, donde se celebran los festivales y Ahu Tahai, como el día anterior, el mejor lugar para ver el atardecer en la isla.
El siguiente día visitamos con nuestra guía los yacimientos de la zona suroeste de la isla:
Sobre las 14:00h terminamos el tour y fuimos a almorzar al restaurante Kanahau. Por la tarde estuvimos nadando entre tortugas en la caleta de Hanga Roa, asistimos a los ensayos de baile del festival en el colegio y en el polideportivo y compramos algunos recuerdos en el centro de artesanía.
Para despedir el día, cogimos unas empanadas y ceviches para llevar y regresamos dando un paseo a Ahu Tahai, para ver la última puesta de sol en la isla.
La última mañana en la isla hicimos un pequeño tour para visitar las cuevas. Actualmente la cueva Ana Kai Tangata se encuentra cerrada al público. En esta cueva podían verse pinturas rupestres.
En primer lugar visitamos las cuevas Ana Te Pahu, conocida como la cueva de los plátanos y Ana Te Pora, a las que llegamos caminando por un sendero. Son cuevas volcánicas que han sido utilizadas por el hombre durante toda la historia con fines ceremoniales o como refugio. En su interior se encuentra un vergel con plataneras, higueras y cultivos de taro.
Cuando llegamos a Ana Kakenga, la cueva de las dos ventanas al mar, comenzó a diluviar y cerraron la entrada ya que el túnel de acceso se había inundado.
Terminamos la visita sobre las 11:00h y nos fuimos a dar un último paseo por el pueblo, aprovechando para comprar po’e en los puestos callejeros y almorzar unas empanadas de ceviche en Le Frits. Dicen que son las mejores de la isla y lo cierto es que estaban buenísimas.
A las 14:35h tomamos el vuelo de regreso a Santiago de Chile.
Aunque algunos cruceros de lujo de la Polinesia hacen parada en Isla de Pascua, lo habitual es llegar en un vuelo desde Santiago de Chile, actualmente sólo operado por la compañía Latam.
Durante el trayecto se sobrevuela el océano Pacífico durante unas 5 horas. Los precios de los billetes oscilan entre los 400€ y los 1.500€ dependiendo de la temporada, demanda y antelación de la compra.
Nuestra recomendación para ahorrar es que con toda la antelación posible monitorices el precio de los vuelos hasta que encuentres una oferta que se ajuste a tu presupuesto, y que por supuesto evites la temporada más alta: el Festival Tapati en febrero, o no, si es precisamente lo que pretendes ir a ver.
Para acceder a la isla el gobierno chileno te exigirá pasar un control específico al embarcar hacia Rapa Nui. En este control del aeropuerto deberás presentar la siguiente documentación:
Casi la totalidad de la isla, a excepción de Hanga Roa, el pueblo, y la costa, se encuentra dentro del territorio declarado parque nacional, por lo que para acceder a casi todos los lugares de interés se debe mostrar la entrada de acceso al parque.
La entrada tiene una validez de 10 días y nos costó $76.000 CLP por persona. Las entradas se pueden adquirir online o en el Centro de Visitantes de Hanga Roa. Te lo dejo marcado en el mapa del itinerario.
Además, es obligatorio ir acompañado de un guía acreditado para visitar cualquiera de los puntos turísticos dentro del parque. Dispones de un listado oficial con los datos de contacto.
Nosotros pedimos presupuesto a varios y nos decantamos por el que mejor se ajustó a nuestros intereses. Para que os hagáis una idea de los precios de los tours privados:
Los únicos lugares de interés que pueden visitarse por libre son:
Para desplazarnos por la isla alquilamos un pequeño 4×4 Suzuki S-Presso a los dueños de nuestro alojamiento. Nos costó 40$ USD al día.
Para nosotros es la mejor opción ya que puedes ahorrarte el coste del transporte de los tours y después disponer de vehículo propio para recorrer la isla el resto del tiempo, ya que los tour suelen acabar temprano, como muy tarde sobre las 16:00h – 17:00h los de día completo.
La isla es muy pequeña. De punta a punta no tardarás más de 30 minutos en coche y sólo hay dos carreteras principales y asfaltadas, el resto son pistas.
Como polinesios, los rapanui siempre han tenido una excelente habilidad para la navegación y la pesca, de donde proviene su principal fuente de alimento.
El más abundante y disponible de los pescados es el atún (kahi), aunque también pueden encontrarse otros pescados locales muy sabrosos como el kana kana, el mahi mahi y una pequeña langosta nativa de la isla, ura.
El pescado suele cocinarse a la plancha acompañado de ensalada y camote (batata), aunque la forma predilecta de consumirlo es en ceviche. El plato típico de la isla es la empanada de ceviche, una delicia.
El postre rapanui por excelencia es po’e, un bizcocho polinésico elaborado con plátano y taro, un tubérculo. Las pequeñas piñas de Isla de Pascua merecen una mención especial por su intenso sabor dulce. Puedes tomarlas en los puestos callejeros, donde te las prepararán fresquitas como si fuera un helado.
Como os hemos explicado en el apartado de consejos debéis reservar un alojamiento autorizado por SERNATUR. Nosotros elegimos esta cabaña con cocina en el pueblo de Hanga Roa. Nuestra cabaña se encontraba junto al hogar de los dueños, una familia encantadora. Nos recibieron en el aeropuerto con unos preciosos collares y nos hicieron un recorrido por el pueblo para explicarnos donde estaban todos los lugares de interés. Ellos mismos nos alquilaron un pequeño 4×4 para visitar la isla.
La cabaña era confortable y estaba muy bien equipada. Todo estaba muy limpio y tuvieron muchos detalles con nosotros. Para despedirnos nos trajeron para desayunar una jarra de zumo de fruta natural.
Debéis tener en cuenta que el abastecimiento eléctrico en la isla es limitado. Se abastecen con un grupo diésel por lo que el suministro se interrumpe con cierta frecuencia. Por ello debéis contar con que habrá momentos en los que es posible que no haya electricidad en vuestro alojamiento, ni en cafeterías, restaurantes o supermercados, ni cobertura móvil. Por otro lado, el agua corriente es agua desalada por lo que podéis notarla con algo más de sabor. Si no os gusta siempre podéis comprar agua embotellada en el supermercado.
Los productos llegan del continente en avión y en barco tras muchos días de navegación, pues la costa más cercana, la chilena, se encuentra a más de 3.800 km. El precio de la comida y productos en los supermercados es más elevado que en el continente, obviamente por los costes de transporte, pero siempre es más económico que comer en restaurantes, por lo que disponer de cocina os puede ayudar a economizar.
Os muestro en la fotografía una pescadería local.
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Maravilloso viaje.
¡Muchas gracias!
Maravilloso y enigmático viaje, me lo apunto, gracias 🙂
Gracias a ti por tu comentario!
Hola! Qué agencia utilizaron para realizar el tour? Muchas gracias!
Hola Víctor,
Te he pasado el contacto de nuestra guía por email.
Espero que disfrutes el viaje.