Qué visitar en Albi, Castelnau-de-Montmiral, Puycelsi, Bruniquel, Penne y Saint-Antonin-Noble-Val
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- 4 febrero, 2022
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- By : Irene y Jaime
Día 2: Albi, Castelnau-de-Montmiral, Puycelsi, Bruniquel, Penne y Saint-Antonin-Noble-Val
En este segundo día pasamos la mañana visitando Albi, conocida como la ville rouge, ya que la ciudad es del color de la arcilla obtenida del río Tarn. Las vistas desde el puente y desde ambas márgenes del río son espectaculares. Recorrimos los jardines del Palacio de la Berbie (gratuitos) y la Catedral de Santa Cecilia. Aprovechando la misa matinal del domingo tenemos la suerte de escuchar su órgano Patrimonio de la Humanidad, una maravilla que embellece la visita. Después nos perdimos en las bellas callejuelas tras la catedral y fuimos a comer unas quiches y tartas deliciosas en Au Moulin…A Café. A escasos metros del restaurante nos detenemos a contemplar la Colegiata de San Salvi.
Albi fue la sede principal del movimiento cátaro, que promulgaba entre otras, las siguientes ideas:
1. El Universo estaba creado por dos mundos, el espiritual creado por Dios y el físico por Satán.
2. Creían en la reencarnación. Las almas se reencarnarían hasta que fuesen capaces de un autoconocimiento que les llevaría a escapar del mundo material y elevarse al paraíso inmaterial. Esto es muy similar a lo que marca el budismo.
3. Trataban como iguales a las mujeres.
4. Aceptaban las diferencias de credo.
5. Defendían que el infierno no existe.
6. Eran vegetarianos y pacifistas.
Continuamos la tarde recorriendo pequeñas aldeas con mucho encanto.
La primera de ellas es Castelnau-de-Montmiral donde visitamos una hermosa plaza porticada.
Seguimos hasta Puycelsi, una villa fortificada donde pasear por sus callejuelas y su camino de ronda sobre las murallas nos pareció un placer.
Nuestra siguiente parada fue Bruniquel, el cual nos recibió con una sosegada vista del pueblo salpicada de alpacas de heno. Recorrer sus empinadas calles, llenas de hermosos rincones, fue una delicia.
Continuamos hasta Penne donde nos sorprendimos con las imponentes vistas de su escarpado castillo. Su pequeño casco histórico contiene algunas sorpresas 😉
Finalizamos el día en Saint-Antonin-Noble-Val. Aunque las vistas del pueblo desde el río son muy bonitas, y algunas calles y plazas tienen encanto, después de lo que llevábamos visto ese día nos decepcionó un poco. No le encontramos tanto encanto como al resto. Cenamos en un agradable patio, en el restaurante italiano Beffroi Tentations.
En la Edad Media a los pueblos que crecían alrededor de un castillo se les denominaba Castelnau.
Posteriormente, para dotar de mayor protección a los pueblos, estos se encerraron tras unas murallas, constituyendo las bastidas, cascos urbanos defensivos característicos de la Edad Media, muy comunes en la región de Occitania.
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