Día 7. Budapest: Mercado Central, Basílica de San Esteban, Parlamento, picnic en la Isla Margarita y crucero por el Danubio

Amanece un nuevo día en Budapest y hoy lo dedicaremos a conocer las orillas del Danubio. Con un relajado paseo conoceremos algunas de las esculturas más especiales y visitaremos los monumentos más interesantes de Pest: la Basílica de San Esteban, el Parlamento y la Gran Sinagoga.

El interior del Parlamento puede visitarse en una visita guiada, anteriormente gratuita para los ciudadanos europeos. En la actualidad requiere una entrada que conviene comprar anticipadamente en la web oficial. Creemos que la visita al interior es recomendable, a nosotros nos gustó más que el de Londres.

La Gran Sinagoga o Sinagoga de la calle Dohány, es la segunda más grande del mundo. Merece la pena visitar su interior. Junto con la entrada, que actualmente ha subido a 5.000 florines (casi 15 €), se incluye una visita guiada en español.

En el mapa hemos marcado todos los lugares que visitamos durante la mañana para que podáis seguirlos cómodamente.

Terminamos al mediodía en el Mercado Central, donde llenamos nuestras mochilas de productos típicos para pasar la tarde en la Isla Margarita disfrutando de un gran picnic.

Navegando por el Danubio

Para llegar a la Isla Margarita tomamos, en la parada junto al Balneario Gellért, un barco de transporte público de la compañía BKK por 750 HUF (2,35 €). Os aconsejamos consultar la web de esta compañía para ver los horarios y cómo comprar los tickets.

El itinerario discurre por la zona de mayor interés monumental así que si queréis dar un paseo en barco por el Danubio ésta es una opción más económica que los barcos turísticos.

Tras una relajada tarde en el parque de la Isla Margarita realizamos el paseo en barco al atardecer por el Danubio. Desde que disfrutamos de la puesta del sol navegando por el Sena en París siempre escogemos esta hora para disfrutar de los paseos fluviales en barco. Pagamos unos 12 € que incluían un cóctel en cubierta, pero no sabríamos deciros con qué naviera lo contratamos. Sinceramente de las tantas que hay junto a los muelles próximos al Puente de las Cadenas escogimos la que nos dio mejor impresión.

Para finalizar este romántico día, fuimos a cenar al restaurante japonés Nobu, una velada muuuy cara y divertida pero excepcionalmente deliciosa.