

Hay una leyenda en Patagonia que dice: Quien come calafate vuelve a por más. Y así fue. Tras nuestro viaje de otoño por el sur de la Patagonia, una vez que el verano trajo el deshielo, regresamos a estas tierras. No sé si a causa del calafate o de un terrible deseo por recorrer la Carretera Austral, a alguno habrá que culpar…
¿Y por qué tanto interés en la Carretera Austral? Esta carretera escénica (Ruta 7), está considerada una de las más hermosas del mundo. Parte de Puerto Montt y llega hasta Villa O’Higgins. Sin embargo nosotros nos quedamos un poquito antes, en el Parque Nacional Patagonia, recorriendo más de 1.000 km de reservas naturales, en una región escasamente poblada y aislada, donde nos adentraremos en un salvaje paisaje de volcanes, fiordos, imponentes macizos montañosos, glaciares, estepas y el único bosque templado lluvioso de Sudamérica.
La Carretera Austral nos ha recordado muchísimo a Nueva Zelanda, es muy muy parecida paisajísticamente, comparten tanto la variedad como el mismo tipo de ecosistemas. Si Nueva Zelanda fue uno de nuestro viajes favoritos, en la Carretera Austral estaba claro que lo íbamos a gozar.
Una vez terminamos el recorrido por la Carretera Austral en el Parque Nacional Patagonia, cruzamos la frontera hacia Argentina y regresamos hacia el norte por la Ruta 40, pasando por diversos espacios naturales, y especialmente por el Parque Nacional Nahuel Huapi, que después del Parque Nacional Los Glaciares, era el lugar que más ganas teníamos de conocer de Argentina. De regreso al norte, cruzamos de nuevo a Chile para conocer la espectacular región de la Auracanía.
Para completar las tres semanas de viaje por el norte de Patagonia, lo habitual es incluir la Isla de Chiloé en Chile, por sus palafitos de madera y/o Puerto Madryn en Argentina para ver ballenas y pingüinos. Como nosotros ya hemos visto ambos en otros viajes hemos preferido destinar los últimos 4 días a visitar Isla de Pascua, Rapa Nui.
Indice
Si sois lectores de nuestro blog ya seréis conocedores de nuestra pasión por los bosques de laurisilva, los bosques nubosos y los bosques lluviosos. Por ello estábamos deseosos de tener la oportunidad de conocer el único bosque templado lluvioso de Sudamérica: la selva valdiviana.
El bosque valdiviano se caracteriza por un clima fuertemente lluvioso y bosques siempreverdes. Con una extensión de unos 400.000 km2 este bosque de características únicas sólo se encuentra en el norte de Patagonia. Esta masa de bosque primario denso, está catalogada como uno de los remanentes boscosos más grandes y ecológicamente intactos de la Tierra.
Si hay algo que tuviera que destacar de los hielos de Patagonia Norte serían sus ventisqueros colgantes. Me han parecido realmente hermosos, así como sorprendentes. Parece increíble cómo esas masas glaciares cuelgan en equilibro de verticales paredones de roca sin desplomarse al vacío. Sin lugar a dudas, los más espectaculares son el Ventisquero Colgante del P.N. Queulat y el Ventisquero Negro del P.N. Nahuel Huapi.
La cordillera de los Andes en su sección más austral, la patagónica, se ha levantado por la subducción de la placa tectónica oceánica Antártica por debajo de la placa Sudamericana originando una alta actividad volcánica.
Por tanto, en esta cordillera, como parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, podremos ver una hermosa colección de volcanes: Villarrica, Llaima, Osorno, Puntiaguado, Hornopirén, Chaitén, Corcovado, Lanín y Cerro Tronador, entre muchos otros. Pero además, montañas de increíble belleza como Sierra Nevada o Cerro Castillo y algunos de los lagos más grandes de Argentina y Chile: Buenos Aires/General Carrera, Lago Argentino o Nahuel Huapi.
En nuestro anterior viaje por Patagonia sólo visitamos el Parque Nacional Torres del Paine y el Parque Nacional de Los Glaciares y ya os hablamos sobre nuestro descontento en cuanto a su gestión. Existen una gran cantidad de restricciones de acceso que son realmente exageradas, básicamente motivadas por la falta de medios del gobierno. Hemos encontrado senderos cerrados porque no disponen de medios de socorro en caso de accidente, porque no tenían personal para reparar desperfectos ocasionados por la climatología o porque consideran que 30 ºC es una ola de calor (decirle eso a un extremeño es como contarle un chiste). Y sí, todas estas cosas que he enumerado podrían llegar a ser peligrosas en determinadas circunstancias, pero no en un sendero adaptado de menos de 10 km que es casi más cómodo de transitar que el acerado de una vía urbana. Es exagerado.
De lo que me quejo es de que cobran entradas de unos 10€/día aprox. para que ese dinero no se revierta en una mejora de los servicios. De verdad, hemos caminado por muchos lugares del mundo y de nuestro país y nunca habíamos visto algo tan desproporcionado. Ojalá cambiaran las prohibiciones por educación, que sí sería útil para hacer un uso responsable de los espacios naturales, porque ni siquiera hemos encontrado información que conciencie del valor de los maravillosos espacios naturales que hemos visto.
En contraposición, nos ha parecido excepcional el trabajo realizado por la Fundación Rewilding Chile y Argentina: paneles divulgativos, museos, una excelente integración de las infraestructuras, bajo impacto, buen estado de las instalaciones…y encima estos ¡¡gratuitos!!
En rodas las ocasiones en las que hemos tenido que cruzar la frontera entre Chile y Argentina hemos tenido contratiempos: falta de información previa sobre trámites necesarios, retrasos por problemas técnicos en sus instalaciones, grandes colas…
Nuestra recomendación: sé precavido y no vayas con el tiempo justo.
En el apartado de consejos Cómo cruzar la frontera entre Chile y Argentina te explicamos en detalle todo lo que necesitas saber al respecto.
La cercanía del norte de la Patagonia al océano Pacífico es un gran modelador del clima de esta región, donde predomina el clima templado-lluvioso. Si en Patagonia Sur destacábamos los vientos infernales, aquí el actor predominante serán las intensas lluvias. Los vientos del Pacífico cargados de humedad chocan con los Andes descargando en su vertiente chilena una media de 6.000 mm al año, lo que supone que llueva anualmente unos 300 días.
El verano austral es a mi parecer la mejor época para conocer la región por sus días largos y luminosos, donde tener más posibilidades de esquivar la lluvia y en los que disfrutar de los lupinos en flor y de los bosques siempreverdes de la selva valdiviana. Sin embargo, en algunas zonas podrás encontrar bosques de hoja caduca, como las lengas y ñirres que resplandecerán en otoño, especialmente en el P.N. Cerro Castillo. En los Andes las temperaturas diurnas en la época estival suelen ser altas, rondando los 30ºC y las noches templadas. Durante nuestro viaje vivimos el cierre de algunos parques debido a olas de calor que originaron un riesgo de incendio alto, por lo que te recomendamos estar atento a posibles restricciones. Además, debes tener en cuenta que durante los tórridos días de verano, los tábanos serán un incordio.
De diciembre 2024 a enero 2025
Tomamos un vuelo nocturno directo con Latam Airlines desde Madrid.
A las 9:20h nuestro vuelo aterriza en el Aeropuerto Internacional de Santiago de Chile. Accedemos caminando a la terminal doméstica que se encuentra justo enfrente, a tan sólo 10 minutos a pie, y a las 12:00h despegamos hacia Puerto Montt. A las 14:00h estamos recogiendo nuestro coche de alquiler que nos acompañará durante todo el viaje.
Parque Nacional Vicente Pérez Rosales
El principal atractivo del parque es el volcán más antiguo de Chile, el Osorno. Para conocerlo realizaremos varias actividades que nos permitan disfrutar de él desde distintas perspectivas.
En Puerto Varas, a orillas del lago Llanquihue, ya podemos obtener las primeras vistas de él. Tomamos la carretera escénica Circuito Lago Llanquihue disfrutando de sus miradores hasta adentrarnos en el corazón del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales.
En el parque realizamos las siguientes actividades:
Iniciamos la Carretera Austral en Puerto Montt dejando atrás un paisaje domesticado por el hombre para adentrarnos en uno más agreste, menos acogedor pero deslumbrante. Los campos agrícolas desaparecen para encontrar la accidentada costa de los primeros fiordos y las ensenadas.
Hacemos una parada en el Parque Nacional Alerce Andino donde encontramos el primer reducto de bosque siempreverde, con sus alerces milenarios y las cristalinas lagunas de montaña. Debido a que el parque es muy grande y desplazarse de unos sectores a otros lleva mucho tiempo nos decantamos por el sector Chaicas.
Para llegar hasta nuestra siguiente parada de la Carretera Austral, Hornopirén, debemos tomar un ferry entre La Arena y Caleta Puelche. El trayecto dura 30 minutos y nos costó $11.130 CLP (dos pasajeros y un vehículo). No es necesario reservar, el servicio tiene una frecuencia de 30 minutos hasta las 23:00h. Antes de tomar el ferry decidimos almorzar en el puerto y probar las famosas empanadas de marisco de la zona y la paila marina, una sopa de las delicias del mar que nos rodea.
En nuestra siguiente etapa de la Carretera Austral, los profundos bosques descienden por las laderas de los volcanes hasta la orilla de los fiordos originando uno de los paisajes más bellos del planeta. Llegar hasta el interior del P.N Pumalín es parte del atractivo del lugar, siendo necesario navegar en un transbordador durante 4,5h desde Hornopirén hasta Caleta Gonzalo para adentrarse en un bosque primitivo y exuberante.
Primer día
Segundo día
La última tarde, decimos adiós al P.N. Pumalín y siguiendo las vistas del volcán Corcovado retomamos nuevamente la solitaria Carretera Austral hacia Puyuhuapi. Ahora las cumbres afiladas, las verdes aguas del Lago Yelcho, el sinuoso río Frío y una continua sucesión de cascadas reemplazan el paisaje anteriormente dominado por ensenadas y fiordos. El trayecto discurre por el Parque Nacional Corcovado, donde hacemos una parada para realizar su único sendero habilitado.
Seguimos la Carretera Austral hacia el sur en un viaje de intenso verdor hasta abrazar el lago Risopatrón rodeados de gigantescas plantas exóticas hasta finalmente alcanzar el pequeño pueblo pesquero de Puyuhuapi, en el extremo de un largo brazo de mar.
Nos echamos nuevamente a la carretera, el día de Año Nuevo, alcanzando el icono de la Carretera Austral: el Ventisquero Colgante de Queulat. Pasamos la mañana recorriendo todos y cada uno de los senderos del parque para contemplarlo desde todos los puntos de vista posibles:
Por la tarde, la carretera continúa cruzando la cuesta de Queulat, a través de una fuerte y zigzagueante pendiente, antes de la cual nos detuvimos para hacer una breve caminata al salto de agua Padre García.
Un precioso recorrido nos acompaña siguiendo el río Cisnes y el lago Las Torres, rodeados de escarpadas cumbres. A continuación el paisaje se suaviza en el Valle de Mañihuales, en una explosión de flores silvestres en primavera hasta el cañón del río Simpson.
Tras pasar el espejo del lago Foitzick nos dirigimos al punto más elevado de la carretera, el puertezuelo Ibáñez con 1.425 m, adentrándonos en el P.N. Cerro Castillo, un paisaje donde los colores ocres de las montañas resaltan con la blanca nieve y los feroces ríos serpentean entre praderas de lupinos en flor. Una vez cruzamos la cuesta del Diablo, las torres y agujas del macizo nos recompensan con una de las vistas más hermosas de la Carretera Austral. Hemos llegado a Villa Cerro Castillo, a los pies del sobrecogedor macizo.
Para conocer la espectacular Cordillera del Castillo hicimos uno de los circuitos de trekking de varios días más famosos de Chile: Las Horquetas. Un recorrido de 3 a 5 días en autosuficiencia disfrutando de los lugares más icónicos del parque: Laguna Cerro Castillo, Laguna Duff, Laguna Anfiteatro y el Glaciar El Peñón.
Podéis obtener toda la información necesaria para realizar el circuito por libre en nuestra Guía de Las Horquetas.(Próximamente).
Tras unos increíbles días en Cerro Castillo y de festejar, la gran experiencia que nos había reportado la travesía Las Horquetas, con una suculenta comida en Villa Cerro Castillo, volvemos a ponernos al volante. A partir de aquí el asfalto comienza a estar cada vez menos presente. Ascendemos hasta el Mirador Ibáñez o Mirador de los vientos, que nos ofrece una nueva perspectiva del valle con el sinuoso río Ibáñez y el macizo, que en esta ocasión enfrentamos. En pocos kilómetros contemplamos el lago Verde, la confluencia con el río Manso y el Bosque Muerto, donde la erupción del volcán Hudson creó un bosque de troncos fantasmales.
El viaje continúa hasta el portezuelo Cofré pasando por la laguna Cofré, donde siguen predominando los bosques de lengas y ñirres que nos acompañan desde que llegamos a Cerro Castillo. Seguimos la ribera del río Murta hacia el sur hasta llegar al lago General Carrera, de un impresionante azul turquesa. El lago más grande de Chile y el segundo de América del Sur, con 1.850 km². Su costa opuesta se encuentra en Argentina, donde el lago toma el nombre de lago Buenos Aires. Seguimos su costa chilena hasta el pueblo de Puerto Río Tranquilo, que se asienta a su orilla.
El Campo de Hielo Patagónico Norte con 4.200 km2, pese a ser mucho más pequeño que su hermano mayor el Campo de Hielo Patagónico Sur, tiene algunas particularidades que lo hacen único. Dentro de las grandes masas de hielo del planeta es la más cercana al Ecuador y una de las más inexploradas por su difícil acceso. La totalidad del campo de hielo se encuentra protegida por el Parque Nacional Laguna San Rafael.
Entre los puntos destacados podemos encontrar el monte San Valentín, que con sus 4.058 m es el más alto de la Patagonia; la Laguna San Rafael, cuya navegación para ver el frente del Glaciar San Rafael es un imprescindible, aunque si sólo vas a realizar una navegación por los lagos glaciares de Patagonia la más impresionante se encuentra en el Parque Nacional Los Glaciares de Argentina; los valles Exploradores y Leones, además del glaciar Steffen. Otra actividad muy recomendable es el trekking guiado por el Glaciar Exploradores. Por lo que dicen es mucho más interesante que el que se realiza por el Glaciar Perito Moreno, ya que aquí te introduces por túneles de hielo bajo el glaciar.
Nosotros dedicamos la mañana a conocer el sector Glaciar Exploradores:
En este parque el guarda fue súper simpático y nos dio una fantástica charla antes de abrirnos el acceso al sendero Glaciar Exploradores, donde nos explico el ecosistema y lo que íbamos a ver.
Por la tarde realizamos la navegación por el Lago General Carrera para visitar las Capillas de Mármol. En el muelle de Puerto Río Tranquilo hay muchas empresas que ofrecen el recorrido por unos $ 18.000 CLP por persona. La visita en barco dura una hora y media.
Continuamos el trayecto por la Carretera Austral siguiendo la costa del lago General Carrera hasta llegar a nuestro alojamiento, una agradable casita en su orilla: Patagonia 49g.
Último día en la Carretera Austral, último día de un sueño hecho realidad.
Cruzamos el desagüe del lago General Carrera que desemboca en el pequeño lago Bertrand, el cuál acaba convirtiéndose en el río Baker. Los 25 primeros kilómetros que discurren junto al río son de una increíble belleza, deslumbrante por el turquesa de sus aguas. Después de su dramática confluencia con el río Nef, se desploma en un profundo cañón que vislumbramos desde la escénica carretera. Abandonamos la Carretera Austral en este punto para adentrarnos en el Parque Nacional Patagonia.
La parte chilena del Parque Nacional Patagonia es muy extensa y dispone de varios sectores en los que debe abonarse una entrada independiente: sector Jeinimeni, sector Tamago y sector Valle Chacabuco. Este último es el que visitamos nosotros durante nuestro primer día en el parque.
En el Parque Nacional Patagonia llegamos al extremo más al sur de nuestro viaje por la Carretera Austral, donde los paisajes son de transición entre el bosque y la estepa patagónica. Unos paisajes que nos llevan de regreso al sur de Patagonia.
Recorrimos en coche la ruta escénica X-83 hacia el Paso Roballos, donde nuestra intención era cruzar la frontera con Argentina. Esta pista discurre por el Valle Chacabuco con múltiples miradores, lagunas, senderos y muchas opciones de observar fauna. Los principales animales del parque son: el puma, el guanaco, la liebre, el zorro y multitud de aves, como flamencos, cóndores y bandurrias.
Lo más destacado de nuestra ruta fue:
Cuando llegamos al Paso Roballos los chilenos no nos dejaron cruzar la frontera. Se necesita un salvoconducto que debe solicitarse al gobierno chileno con varios días de antelación para cruzar por este punto. Nos hicieron desplazarnos hasta la frontera más «cercana», el Paso Jeinimeni, a unas 5 horas por pistas. Lo bueno que sacamos de esta experiencia es que recorrimos la carretera escénica de Chile Chico (Ruta 265), una preciosidad.
Después del altercado del paso fronterizo, finalmente conseguimos cruzar la frontera en Chile Chico y pasar una estupenda noche en la Posta de los Toldos, un eco-lodge con mucho encanto en el interior del parque.
Dedicamos la mañana a descubrir el sector Portal Cañadón Pinturas, donde realizamos las siguientes actividades:
Tras una gran mañana, destinamos la tarde a desplazarnos hasta Esquel y así comenzar el siguiente día a las puertas del Parque Nacional Los Alerces. Ojito con este tramo de la Ruta 40 ya que el firme está en muy mal estado.
La carretera Ruta 71 durante 67 kilómetros recorre el interior del Parque Nacional Los Alerces dando acceso a multitud de miradores y senderos. Al adentrarnos en el parque regresamos a los bosques de selva valdiviana, recorriendo la orilla de lagos de una bella variedad de tonalidades de azul y verde. Los atractivos más destacados son el Glaciar Torrecillas y el Alerce milenario, pero sólo pueden conocerse realizando un tour guiado por lo que nosotros no los visitamos.
En nuestro paso por el parque visitamos:
Después del Parque Nacional Los Glaciares, el Parque Nacional Nahuel Huapi era el lugar que más ganas teníamos de visitar de Argentina. Sus montañas, glaciares y lagos son alucinantes.
En nuestra Guía del Parque Nacional Nahuel Huapi podrás encontrar una descripción detallada de las actividades que realizamos.
Después de recorrer la Ruta de los 7 Lagos, cruzamos nuevamente la frontera por el paso Mamuil Malal, atravesando el Parque Nacional Lanín y el Parque Nacional Villarrica con vistas a los volcanes Lanín, Quetrupillán y Villarrica. Como los senderos estaban cerrados por una «ola de calor» sólo pudimos disfrutar de sus carreteras panorámicas. Pasamos la tarde en Pucón.
La belleza de este parque se debe al Lago Conguillo, al Volcán Llaimas y la singularidad de sus araucarias. Para disfrutar de ellas lo mejor es a través de su sendero estrella: Sierra Nevada, con 12 km y +/- 600 m de desnivel.
Al final de la tarde tomamos un vuelo de regreso a Santiago de Chile para poner un nuevo rumbo a Isla de Pascua, Rapa Nui.
En este viaje a Patagonia optamos por volar desde España a Santiago de Chile, pues era la opción más económica y que nos ofrecía las mejores comunicaciones internas.
Vuelos internos: realizamos un vuelo de ida y otro de vuelta a Santiago de Chile.
Coche de alquiler: el principal medio de transporte de este viaje ha sido el coche. Realizamos un recorrido casi circular por Chile y Argentina, alquilando un coche en el aeropuerto de Puerto Montt y dejándolo en el de Temuco. Debes notificar con antelación a la empresa de alquiler si piensas cruzar la frontera con Argentina para que preparen toda la documentación que deberás presentar en la frontera para poder pasar con el vehículo. En este viaje por Patagonia optamos por un vehículo SUV/Crossover sin tracción 4×4. Circularíamos por gran cantidad de pistas de ripio por lo que un vehículo más alto nos permitía circular a más velocidad y más cómodamente, algo a tener en cuenta en un viaje en el que recorreremos más de 3.000 kilómetros.
La orografía de la zona chilena del norte de la Patagonia es bastante agreste, por lo que es una región bastante aislada. Como comprobamos en nuestro viaje a Noruega, conducir por zonas de fiordos supone grandes rodeos o tomar ferries, teniéndote que adaptar a sus horarios. Este es precisamente parte de su atractivo.
La Carretera Austral discurre próxima a la costa, sorteando fiordos, adentrándose en exuberantes bosques que llegan a tocar el mar y ascendiendo puertos con grandes cuestas. Se está desarrollando un controvertido proyecto para dar continuidad por tierra a esta carretera y mejorar la infraestructura existente, aunque no todo el mundo piensa que hacer más accesible esta región traerá cosas buenas. Actualmente más de la mitad del recorrido sigue siendo una pista de ripio, que en general se encuentra en bastante buen estado. Así pues durante el trayecto iréis alternando asfalto y ripio.
Estos son los ferries que tomamos:
En Argentina volvimos a tomar la Ruta 40, unos «pocos» kilómetros por encima de donde la dejamos en El Chaltén, regresando a paisajes desérticos y de infinitas rectas.
Ojo con el tramo que comunica Perito Moreno con Esquel, la carretera se encuentra en muy muy mal estado, con baches de un tamaño en el que cabría el coche entero. Tenlo en cuenta para estimar el tiempo que necesitarás para trasladarte ese día porque difícilmente irás a más de 20 km/h, para poder ir esquivándolos ya que son muy frecuentes.
En general en Patagonia las gasolineras escasean por lo que te recomendamos repostar siempre que puedas. Normalmente encontrarás junto al surtidor indicaciones de la distancia hasta el próximo punto en el que podrás abastecerte.
En este viaje por Patagonia hemos tenido que cruzar la frontera en dos ocasiones. Como comentamos al principio del artículo, hemos realizado una ruta en coche casi circular en la que hemos viajado por Chile hacia el sur y hemos regresado al norte subiendo por Argentina y como decíamos con anterioridad con contratiempos. Si a esto le sumamos nuestra experiencia en el sur de Patagonia, donde al cruzar la frontera para ir a Torres del Paine, tuvimos un retraso de 1 hora porque se quedaron sin luz, nuestra recomendación es que planifiquéis los cruces de fronteras dejando un margen de tiempo para posibles contratiempos.
Cuando intentamos cruzar el Paso Roballos, en el Parque Nacional Patagonia, en el control chileno nos dijeron que no podíamos pasar porque se necesitaba un salvoconducto. Éste debe emitírtelo el gobierno chileno, haciendo una solicitud con una antelación de mínimo cinco días hábiles, para que te dejen abandonar el país. Creo que esto es debido a que no hay cobertura en el puesto de control por lo que es necesario que se encuentre informatizado previamente. Esta es la web para realizar el trámite. Nos hicieron desplazarnos 250 km, unas 5 horas por pistas, para cruzar el siguiente paso fronterizo, Paso Río Jeinimeni.
En el Paso Mamuil Malal tardamos 3 horas en cruzar por las colas producidas por el cierre de la frontera debido al evento deportivo Ironman Pucón 2025.
En nuestra Guía de viaje a Patagonia Sur os explicamos la documentación general necesaria para realizar el cruce de fronteras entre Chile y Argentina.
A lo largo del itinerario de viaje os he dejado información específica sobre cada uno de los parques que visitamos: horarios, tarifas y requisitos de registro para acceder a senderos.
De carácter general debéis saber que disponéis de la siguiente web oficial del gobierno para comprar las entradas de los parques chilenos y esta otra para las entradas de los parques argentinos. También tenéis la opción de comprar la entrada en la taquilla y pagar con tarjeta. A día de hoy no es una zona masificada por lo que no creo que sea indispensable comprar con antelación la entrada, aunque si no lo vais a hacer así siempre llevaría efectivo por si acaso.
En la Cueva de las Manos de Argentina sólo aceptan pago en metálico y fue imposible sacar dinero del cajero automático, ya que no aceptaban ninguna tarjeta extranjera. Por suerte en el alojamiento nos hicieron el favor de cambiar pesos chilenos por pesos argentinos.
Os recomendamos estar muy atentos a las redes sociales y páginas oficiales para conocer las restricciones y cierres de última hora. Como os comentamos previamente nosotros encontramos senderos cerrados en algunos parques por trabajos de mantenimiento y el cierre de varios parques en la región de la Auracanía debido a una «ola de calor».
Y por supuesto, también es importante que tengáis presente los horarios de último acceso permitido para que nos os deis con la puerta en las narices. Nosotros para evitar esto solíamos desplazarnos por las tardes y dormíamos cerca del parque que íbamos a visitar la mañana siguiente, así no teníamos que preocuparnos por las restricciones del horario de acceso y disponíamos de todo el tiempo para exprimirlo al máximo.
La gastronomía de la parte argentina de este viaje no presenta cambios respecto a la que conocimos en el sur de Patagonia: asados, deliciosas piezas de ternera y alfajores de dulce de leche por todos lados. Podéis refrescaros la memoria en esta entrada del blog.
Sin embargo, en la zona chilena, descubriremos un sinfín de nuevos sabores del mar. Que la Carretera Austral discurra durante tantos kilómetros por la costa nos va a permitir disfrutar mucho de los frutos del mar.
En cuanto a pescado, la zona no es muy variada, principalmente encontraréis: salmón, merluza y congrio. Pero en cuanto a mariscos encontraréis una barbaridad de variedades, que sorprendentemente difieren en gran medida, en sus nombres de los españoles: almejas, choritos, erizos, jaibas, locos, machas, ostiones, piures, picorocos, ostras, lapas, navajuelas, cholgas… Especialmente nos han gustado los locos, ¡no dejéis de probarlos!.
Uno de los platos típicos de la zona es la paila marina, una sopa de mariscos que incluye varios de ellos y también el pulmay o curanto, un plato procedente de Chiloé, y que en la actualidad se ha extendido por todo el norte de la Patagonia chilena, que consiste en un guiso de mariscos, carne y patatas. Los ceviches también los encontrarás por todos lados.
Normalmente los platos de pescado o carne en Chile puedes pedirlos a lo pobre, es decir, con una guarnición de patatas fritas, huevos fritos y cebolla frita.
En este viaje, me atreví a probar el postre típico chileno, el mote con huesillo, y la verdad es que no me gustó nada. Es un vaso de almíbar con trigo y melocotón. Te recomiendo que si buscas algo dulce te dejes llevar por los kuchenes de fruta, la tradicional tarta centroeuropea que llevaron los colonos alemanes y suizos y que son tan frecuentes en la región.
Al ser una región tan poco habitada y salvaje las opciones de alojamiento son escasas. No esperéis hoteles grandes, aquí los alojamientos suelen ser pequeñas casas de huéspedes que ofrecen además de alojamiento, desayuno o cabañas aisladas con cocina.
En el itinerario de viaje os he dejado, junto a cada parque, dónde nos alojamos. En general todos estuvieron bien pero merece una mención especial La Posta de los Toldos, el capricho de alojarse dentro del Parque Nacional Patagonia en un rancho argentino. El alojamiento y el desayuno fueron espectaculares.
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