

Las montañas Tian Shan, Montañas Celestiales en chino, se encuentran localizadas entre China, Kazajistán y Kirguistán. Es el quinto relieve más grande del mundo después de los Himalayas, los Andes, las Montañas Rocosas y la Cordillera del Pamir. La travesía Ak-Suu Traverse discurre por esta cordillera situada en una de las estribaciones de los Himalayas, concretamente al noreste de Kirguistán.
Aunque ya llevamos realizadas una buena colección de las mejores travesías de largo recorrido del mundo, tenemos que confesar que esta ha sido la mejor experiencia vivida hasta el momento. En todas las travesías realizadas previamente, los paisajes han sido tremendamente espectaculares, sin embargo, en esta ocasión hemos podido vivir una experiencia más auténtica: sin encontrar un entorno adaptado, con la posibilidad de acampada libre, sin apenas cruzarnos con nadie, sin las restricciones de caminar por espacios protegidos y sin los inconvenientes de cruzarnos con grandes depredadores. Además de no tener que sufrir las inclemencias de un clima extremo. Ha sido una experiencia muy salvaje, realmente increíble y que hemos disfrutado muchísimo.
La travesía suele realizarse en 7 días, desde Jyrgalan hasta Jeti-Oguz, 108 km con +/- 6.600 m de desnivel aproximadamente, sin embargo, nosotros sólo contábamos con 6 días así que decidimos dejar por conocer el extremo del valle de Jyrgalan, que por lo que habíamos investigado parecía el menos interesante del recorrido. Al acortar una etapa optamos por realizar el recorrido partiendo desde Jeti-Oguz, ya que nos permitía hacer una mejor aclimatación a la altitud. Finalizamos el recorrido en el valle previo a Jyrgalan, en Boz-Uchuk Village. Nuestro recorrido fue de 103 km con +/-6.300 m de desnivel.
Indice
Para acceder a Jeti-Oguz Resort contratamos un servicio de transporte con el CBT de Karakol. Nosotros dejamos nuestro 4×4 en Boz-Uchuk Village para tenerlo disponible al acabar la ruta y continuar nuestro viaje por Kirguistán. Así que nos recogieron allí y nos recolocaron en el inicio del trekking. Nos cobraron 8000 soms.
También disponéis de marshrutkas que conectan Karakol con Jeti-Oguz, pero no podemos asesoraros sobre ellas ya que no las usamos.
En la región de Ak-Suu las tormentas de verano son frecuentes, pudiendo ocasionar inundaciones y deslizamientos de tierra. Es importante que verifiquéis con los locales el estado de la zona, por si hay desperfectos que puedan impediros realizar el recorrido. Nosotros encontramos la zona alta del Valle de Karakol inundada, aunque no imposibilitaba totalmente el paso.
En las zonas de alta montaña es posible que nieve incluso durante el verano y aunque cuando sale el sol el calor puede ser sofocante, suele acompañarlo una brisa fresca. Como siempre la meteorología en la montaña es impredecible, con cambios repentinos.
Los mejores meses para realizar el trekking son julio y agosto. Durante el mes de junio y principios de julio puede quedar nieve en las cotas más altas. En septiembre hay que tener en cuenta que las temperaturas comienzan a descender drásticamente, lo que permite que la nieve comience a cubrir definitivamente el paisaje.
Si Ak-Suu Traverse es demasido exigente para ti, tienes otras opciones para conocer el lago Ala-Köl y la belleza de los valles y montañas de Tian Shan:
Todas estas opciones se corresponden con etapas del sendero Ak-Suu Traverse, por lo que podéis leerlas en esta misma guía.
Aunque la travesía no tiene pasos técnicos y, en general es cómoda de transitar, salvo en los tramos más pedregosos de los pasos de montaña, físicamente es exigente. La ruta requiere un esfuerzo alto debido a que debes cargar una mochila muy pesada para poder vivir 6 ó 7 días en autosuficiencia, es decir, con el material de acampada y la comida para todos esos días. Esto nos supuso cargar entre 17 y 20 kilos por persona. Por supuesto, ni qué decir tiene, que cada uno debe evaluar la dificultad de la ruta dependiendo de sus capacidades, del peso que vaya a cargar y del número de etapas que vaya a realizar.
La ruta no está señalizada y la senda se pierde en algunos puntos teniendo que caminar campo a través una vez que se abandona el tramo común a Ak-Suu Highlights, la versión corta de esta travesía, por lo que se requieren conocimientos de orientación y es imprescindible contar con un GPS para situaciones de niebla sin visibilidad. Comprar un mapa del sendero y/o descargar la APP offline de Maps.me puede serviros para identificar el camino a tomar aun no existiendo sendero.
La altitud máxima que se alcanza durante el recorrido es en Ala-Köl Pass a 3.907 m por lo que requiere un proceso de aclimatación a la altitud.
El recorrido básicamente consiste en hacer una aproximación a la zona de montaña, remontando un valle en primer lugar y después, sucesivas etapas consistentes en ascender y descender collados, todos por encima de los 3.000 m, para ir cruzando la zona final de los principales valles de la región de Ak-Suu. Esto permite conocer los lugares más espectaculares de estas montañas.
Durante prácticamente todo el recorrido tienes acceso a agua ya que el sendero discurre siempre paralelo a algún río o arroyo, salvo en las zonas de mayor altitud próximas a los pasos de montañas, por lo que no es necesario cargar con mucha cantidad ya que puedes reponerla frecuentemente. Debido a la gran cantidad de ganado que encontrarás en las inmediaciones es imprescindible llevar algún sistema de potabilización.
Os dejo el enlace a un track que he encontrado de la ruta para que os sirva de referencia:
Como os hemos comentado previamente la acampada libre está permitida, por lo que podéis acampar donde necesitéis. Nosotros realizamos la ruta por libre por lo que escogimos esta opción. Debido a que las semanas previas al viaje estuvo lloviendo torrencialmente decidimos intentar reservar algún hospedaje en un campamento de yurtas por si la situación era complicada. Sin embargo, desde el CBT de Karakol sólo tenían contacto con el campamento de yurtas Sirota Hut, y aunque lo reservamos con ellos, una vez allí nos dijeron que el CBT no les había comunicado nuestra reserva.
Durante el recorrido encontramos algunos campamentos de yurtas turísticos que nos ofrecieron hospedaje, pero no probamos ninguno. No conocemos ningún medio para reservarlos con antelación por lo que nosotros optamos por llevar nuestra tienda de campaña e ir improvisando. Estos son los lugares donde encontramos campamentos de yurtas turísticos durante nuestro recorrido:
Altyn Arashan es una pequeña aldea con varias casas de huéspedes. Nosotros pasamos una noche en Ala kol Guesthouse a mitad de recorrido, lo que nos vino muy bien para poder secar nuestra tienda de campaña y alguna ropa, ya que durante todas las noches nos llovió.
Del 12 al 17 de agosto de 2024
Tras la intensa tormenta de la noche anterior amanecemos en Emir Guesthouse, una encantadora casa de huéspedes de Jeti-Oguz Resort, con un cielo despejado y con unas impresionantes vistas, desde nuestra habitación, de la formación rocosa Seven Bulls. Empacamos nuestras mochilas para comenzar esta trepidante aventura y bajamos a desayunar y charlar con la encantadora señora que regenta el alojamiento. Nos prepara un generoso desayuno compuesto por huevos fritos, ensalada, leche, bizcocho y pan con mantequilla y mermelada.
Desayunando conocemos a Peter, un simpático checo que realizará Ak-Suu Highlights y con el que compartiremos algunos ratitos de conversación a lo largo de los encuentros de los próximos días. Como no podía ser de otra manera, nuestra conversación versa sobre nuestra afición compartida por la montaña. Peter se conoce al dedillo los Himalayas, nutriéndonos de inspiración y consejos para próximos viajes.
Durante la primera mitad del recorrido seguimos el curso del río Jeti-Oguz por una pista ancha junto a éste. Circulan algunos locales a caballo y con vehículos a motor, que nos ofrecen llevarnos hasta EcoTrek Yurt Camp a 2.500m, el primer campamento de yurtas del valle. Sin embargo, tras agradecerles la oferta, la declinamos. Este campamento puede ser una mejor opción para dormir que Jeti-Oguz Resort ya que permite aclimatarse mejor.
Después del campamento, donde nos fascinamos con nuestras primeras yurtas, a cada paso el sendero se va volviendo más bonito. Comienzan a aparecer las primeras vistas de las montañas y encontramos hermosos parajes junto al río. No podemos resistirnos y hacemos un alto para remojar los pies.
Continuando el camino encontramos una familia que cuida del ganado junto a su yurta. Las niñas pequeñas en cuanto nos ven corren a nuestro encuentro y, aunque no hablamos el mismo idioma, rápidamente entendemos que nos están pidiendo chocolate. En la Guía de viaje a Camboya ya os hablé del problema que supone para ellos que les demos golosinas, por lo que no voy a ser pesada y repetirme otra vez. Entiendo que los turistas que les dan golosinas lo hacen con la mejor de las intenciones, sin ser conscientes del problema que realmente están generando, por lo que vuelvo a insistir en que es importante informarse bien y remarco que no se deben dar golosinas a los niños.
Junto a su campamento el sendero adquiere una pendiente algo más acusada durante algunos metros. Hasta llegar aquí, había sido muy suave. En general todo el día es muy cómodo debido a que el ascenso es muy gradual.
Sorteamos algunas zonas muy embarradas hasta que finalmente se abren ante nosotros las espectaculares vistas de Telety Valley. Un paisaje de esos que se dice, quitan el aliento.
La segunda mitad del recorrido corresponde a un espectacular sendero muy escénico, siempre con vistas del ancho valle surcado por un sinuoso río y salpicado por yurtas y manadas de caballos. Al fondo, siempre visibles, las montañas, los glaciares y las cascadas. Uno de los lugares que más nos ha impresionado del viaje y que hemos colocado en nuestro TOP 5 de lo mejor de Kirguistán.
Durante el recorrido no podemos evitar compararlo con el Valle de Aguas Tuertas en el Pirineo Aragonés. ¡Nos recuerda tanto!
Para cruzar el río por puentes tenéis dos opciones. La primera junto a la primera yurta de pastores del Valle Telety, la cual creemos que es la «oficial» y una segunda al final del valle junto al campamento de yurtas donde nos ofrecieron alojamiento.
Nosotros montamos la tienda casi al final del valle, justo antes de comenzar el ascenso a Telety Pass, en la zona donde hay un campamento señalizado como EcoTrek Workers. Ojo, no confundir con el del inicio de la ruta que se llama igual.
Tras instalarnos y almorzar, al final de la tarde, avanzamos hasta el final del valle para ver la cascada. Cuando estábamos plácidamente contemplándola comenzaron los truenos, así que nos fuimos pitando a guarecernos a la tienda. Sobre las 21:00h nos alcanzó la escandalosa tormenta y se pasó toda la noche lloviendo. Canadá nos enseñó el verano pasado mucho sobre acampada bajo el diluvio, así que habíamos escogido un buen sitio para evitar que la tienda se inundara y sabíamos, por experiencia, que nuestra tienda podía soportarlo. Aun así, no descansamos bien con el ruido y porque nos costaba un poco respirar por la altitud.
Amanece a las 5:30h con un cielo completamente despejado. Hoy nos espera una jornada de sol radiante, que para mí fue la más exigente de todas, principalmente porque aún no estaba aclimatada a la altitud y por tener la pendiente más fuerte de todo el recorrido durante el ascenso a Telety Pass.
Con poco éxito, intentamos secar lo máximo posible nuestra tienda, ya que no disponíamos de tiempo para esperar a que el sol nos alcanzase e hiciera su efecto. Nos ponemos en marcha con la tarea de ascender el Paso Telety con 3.801 m. Tenemos que afrontar casi 900 m en sólo 4 kilómetros, lo que supone una pendiente del 22% con las mochilas rebosantes de comida… y a la vez aclimatarnos a la altitud.
Esta será la primera vez que alcanzamos en una travesía los 3.800 m y no sabemos cómo va a responder nuestro cuerpo. En realidad, en los Alpes Suizos, llegamos a los 3.657 m en Jungfraujoch, pero sólo dimos un pequeño paseo hasta el refugio Mönchsjoch, sin cargar unas mochilas de travesía. Nada que ver con la empresa a la que nos enfrentamos ahora. Así que muy despacito, pasito a pasito y forzándonos a hacer descansos para reducir el esfuerzo y mejorar la aclimatación, subimos hasta el collado.
Tengo que admitir que las visitas desde el collado me decepcionaron. El paso está muy encajado y no permite mucha visibilidad. Por suerte, esto no se repetiría en el resto de pasos de montaña de la travesía.
Comenzamos el descenso con unos primeros kilómetros muy empinados y compuestos de roca disgregada, como suele ser habitual en estos casos. Para después, dejar atrás el desierto de roca de las cotas más altas y con una pendiente más suave alcanzar la ladera de baja vegetación. El descenso es bastante bonito junto al río Telety. A media mañana decidimos hacer un alto para almorzar en un enclave que se nos hace espectacular.
Continuamos descendiendo hasta que la línea de bosque comienza a estar próxima y donde el río se ramifica y comienza a incrementar su caudal. La huella del sendero que llevamos desaparece. En el mapa del trekking pueden verse tres sendas que conectan con el Valle de Karakol, dos por la orilla opuesta del río y una por la nuestra. En el track que llevamos descargado en el GPS han seguido el camino por nuestra margen del río. Analizamos las distintas opciones y a priori parece que podríamos llegar sin tener que vadear el ancho río. Así que optamos por continuar por nuestra margen, campo a través, porque no hay senda.
Cuando alcanzamos el bosque la cosa se complica. La vegetación es muy densa y nos cuesta mucho avanzar con las mochilas entre ella. El descenso por la ladera del bosque es muy muy empinado y está muy embarrado, teniendo que tomar lo que parecían toboganes de barro. Nos supuso mucho esfuerzo atravesar el bosque por lo que te recomiendo vadear el río y tomar el camino de la otra margen. Días después, cuando nos encontramos con Peter le consultamos por el cruce de caminos y nos comentó que él vadeó el río y que por la otra margen pudo tomar un camino en el que no encontró dificultades para llegar al valle, por lo que parece una mejor opción.
El bosque nos ha dejado los cuádriceps exhaustos así que en cuanto pisamos el fondo del valle, nos quitamos las pesadas mochilas y nos sentamos a descansar. Al alzar la vista nos quedamos alucinados, la concentración por no acabar rodando ladera abajo y el cansancio no nos habían permitido apreciar el impresionante Valle de Karakol. Parecía que nos habíamos teletransportado a Canadá, pero con la ventaja de aquí no teníamos que preocuparnos porque apareciera un oso. Los bosques de coníferas, el furioso río horadando el valle y las montañas nevadas… ESPECTACULAR.
Por suerte, el camino que recorre el Valle de Karakol es llano y nos permite recuperar fuerzas y destinar todos nuestros sentidos a disfrutar del paisaje. Al avanzar encontramos el río Karakol completamente desbordado. Como equilibristas intentamos evitar acabar en el agua saltando sobre rocas y troncos, pero no hay suerte, en una de esas el peso de la mochila me hace perder el equilibrio y estando sobre una roca caigo de boca al agua, acabando empapada de agua y barro. Al menos, con el calor que hace, estar mojada no será un problema.
Alcanzamos un gran campamento de yurtas en el valle, donde aprovecho para ponerme ropa seca y cruzar, ahora sí, con la inestimable ayuda de un puente, el río Karakol. Encontramos algunas personas acampadas en este tramo, pero nosotros aunque empezamos a necesitar un descanso, haremos un último esfuerzo ya que queremos llegar hasta Sirota Hut.
Rápidamente encontramos un cruce bien señalizado. En este punto conectamos con el sendero que se recorre cuando se opta por la opción de visitar Ala-Köl solamente ascendiendo el Valle de Karakol y descendiendo por el Valle de Altyn Arashan. Cruzamos un puente colgante y realizamos el último ascenso del día hasta Sirota Hut, consistente en 2 kilómetros y 300 m de desnivel. No es ni por asomo tan exigente como el de primera hora de la mañana a Telety Pass, pero después de nuestra desventura campo a través por el bosque, ya se nos hace un poco pesado.
En Sirota Hut localizamos el campamento de yurtas que trabaja con el CBT de Karakol, ya que hay otros que corresponden a empresas que hacen el recorrido guiado. Para nuestra sorpresa nos dicen que no les han comunicado nuestra reserva y que están llenos. La familia se siente muy apurada por la situación. Nos ofrecen una tienda de campaña para dormir, pero les decimos que no se preocupen, que tenemos la nuestra. También, nos devuelven el dinero de la reserva correspondiente al alojamiento en la yurta, aunque nosotros se la hemos pagado al CBT, y nos envuelven en un cúmulo de atenciones. Montan nuestra tienda en 5 segundos y colocan unos futones para que durmamos más cómodos que con nuestras colchonetas.
Nos unimos a la cena con el resto de alojados y nos ofrecen una sopa, un plato de arroz salteado con verduras y un plato de fiambre y queso. Como cortesía habitual en este tipo de alojamientos también ofrecen frutos secos y fruta, en este caso, naranjas. Para beber se toma té.
Descansamos muy bien, la comodidad de los futones se nota, y aunque esta noche también ha llovido, la lluvia ha sido más ligera y no ha durado toda la noche. A la mañana siguiente el desayuno consiste en huevos fritos, salchichas, ensalada y té.
El coste del alojamiento en las yurtas con servicio de desayuno y cena era de 40$/persona.
Hoy amanece nuevamente un sol radiante, fantástico para emprender una de las etapas más ansiadas por las espectaculares vistas desde Ala-Köl Pass.
El camino comienza con el ascenso al primer collado del día a 3.781 m. Desde el campamento Sirota Hut el sendero discurre junto al río y asciende siguiendo el desagüe del lago Ala-Köl que se ha convertido en una bonita cascada. En su parte final la pendiente se acentúa salvando durante 1 km 300 m de desnivel en un terreno algo disgregado que dificulta el ascenso. La subida nos resulta bastante llevadera, nada que ver con la de Telety Pass de ayer, se notaba que ya estábamos aclimatados.
Al ser esta etapa común a todas las opciones para conocer Ala-Köl, durante todo el recorrido encontramos bastante gente. El resto de etapas sólo nos cruzamos a un par de personas mientras que durante este día coincidimos con al menos unas 50 personas.
Una vez que alcanzamos el collado aparece ante nosotros el lago Ala-Köl (3.532 m). Una preciosidad. Decidimos bajar hasta la orilla para tocar el agua y después continuamos por un sendero a media ladera muy panorámico, en el que nos acompañan maravillosas vistas hasta alcanzar el segundo collado del día: Ala-Köl Pass. Con sus 3.907 m es el punto más alto del circuito. Las vistas desde este punto también se han colado en el TOP 5 de lo mejor de Kirguistán.
En 5 minutos vivimos todas las estaciones: un pequeño chaparrón, fuertes ráfagas de viento que han desplazado las nubes y de pronto luce el sol… En general la climatología en el lago es bastante adversa, siendo frecuente que nieve. Por tanto, no es el mejor lugar para acampar.
Continuamos el recorrido descendiendo el collado por una empinada pendiente muy disgregada. Hay tanta arena que amortigua la bajada y «deslizándonos» bajamos bastante rápido. Es como caminar por la ladera de un volcán, las dunas o la nieve blanda. Al ascender es muy fatigoso, pero descender es mucho más cómodo ya que no resulta tan resbaladizo. Justo al bajar encontramos un campamento de yurtas. Hay bastantes turistas que han llegado hasta él en una excursión a caballo desde Altyn-Arashan y están ahora ascendiendo a pie al collado para ver el lago.
Los siguientes 10 kilómetros recorremos el precioso Valle Keldike, siguiendo el curso del río del mismo nombre, el cuál acabamos teniendo que vadear a pie. Es un lugar idílico, y el camino, con una suave pendiente, nos permite disfrutarlo mucho. Sin embargo, se nos escapa un «guau» cuando alcanzamos el Valle Altyn-Arashan, mucho más espectacular. Aquí encontramos dos posibles caminos, y creemos que en esta ocasión acertamos escogiendo el de la margen derecha, a la cual cruzamos por un puente.
Durante el camino hasta la aldea de Altyn-Arashan nos cruzamos con varias familias de pastores en sus yurtas cuidando del ganado. Al llegar buscamos nuestro alojamiento, Ala kol Guesthouse, y después de cenar nos acercamos a la zona termal a darnos un baño. Aunque yo había visto una zona natural con baños al aire libre gratuitos, en el alojamiento nos recomiendan que vayamos a una cabaña de madera junto al puente y que sólo cuesta 2€. Os recomiendo llevar frontal porque no hay iluminación y en nuestro caso se hizo de noche. El baño nos deja como nuevos y aunque esa noche vuelve a llover, no nos importa porque hoy dormimos en una cama como bebés.
Amanece el nuevo día con un espléndido sol. Con la tienda y mi ropa completamente secas, comenzamos la siguiente etapa. La calefacción del hostal nos ha venido de lujo para recuperarnos de las lluvias y de mi caída al río. Desde luego Altyn Arashan nos ha dejado a todos como nuevos. Aprovechamos que este es el único punto de cobertura que encontramos en el trekking para comprobar la previsión meteorológica. Parece que el pronóstico se mantiene, continuamos con una ventana de buen tiempo para los próximos días, pero la noche del penúltimo día se prevé que nos alcance un temporal con fuertes lluvias que durará varios días. De momento, con este fabuloso día nos ponemos en marcha, aunque con tan poco viento pasamos bastante calor.
Volvemos a nuestro solitario sendero. Para el resto de circuitos que se realizan para ver Ala-Köl, el recorrido termina descendiendo el valle desde Altyn Arashan. Sin embargo Ak-Suu Traverse continúa su periplo por las montañas, que hoy comienzan con un ascenso ligeramente empinado, desde Altyn Arashan hasta el Valle Anyr-Tör.
Cuando alcanzamos el valle colgante nos quedamos alucinados. El río zigzaguea entre manadas de caballos, en una infinita llanura que parece abrazada por las montañas. Disfrutamos de este paraíso mientras recorremos estos kilómetros en llano. Este también ha sido uno de nuestros lugares favoritos del viaje a Kirguistán y ha estado riñendo con Telety Valley por la quinta posición.
Lo cierto es que nos ha sorprendido mucho la travesía. Encontramos muy poca información para prepararla, por lo que no habíamos visto imágenes de la mayoría de los lugares por los que pasamos y nos ha resultado mucho más espectacular de lo esperado.
Llegando al fondo del valle comenzamos el ascenso al paso de montaña. Nos cuesta encontrar un camino así que vamos campo a través buscando zonas pisadas que nos hagan más cómodo el avance. Alcanzado el punto más alto descubrimos unas espectaculares vistas de los dos valles que comunica el collado a 3.609 m. Aprovechando que hoy no sopla el viento paramos a almorzar en el collado y así disfrutar más tiempo de este bonito paisaje.
Un camino con «zetas» nos ayuda a descender al siguiente valle. Al llegar a la cota de bosque encontramos una manada de caballos pastando y una impresionante vista del Valle Ak-Suu Almaluu. En el fondo del valle encontramos una yurta con un pastor junto a un puente por donde cruzamos. La etapa teóricamente acababa aquí pero como es temprano decidimos avanzar un poco más y así aligerar la próxima etapa.
Recorriendo un poco del precioso valle, comenzamos el ascenso junto a un campamento de yurtas para turistas que se encuentra cerrado. Suponemos que es de alguna empresa de las que realiza el circuito guiado. Ascendemos la ladera hasta 3.100 m, donde encontramos una zona llana con unas vistas inolvidables, que nos gusta para acampar.
El sol despunta al alba tras otra noche de lluvia. Al menos en esta ocasión fue bastante ligera. Comenzamos temprano, hoy tenemos que ascender dos pasos de montaña y de nuevo, sin viento, el calor vuelve a ser intenso.
Ascendemos lo que nos queda hasta el primer repecho, e igual que ayer, llegamos a un valle colgante. No se si será porque ya vimos uno semejante ayer o porque realmente el paisaje no es tan espectacular, pero no nos quedamos tan embobados por su belleza. Caminamos un par de kilómetros en llano junto al río sin sendero y por error comenzamos el ascenso antes de lo previsto. Cuando alcanzamos un precipicio sin salida volvemos a descender al valle hasta encontrar la ruta correcta de acceso al collado. ¡Vaya esfuerzo innecesario y vaya pérdida de tiempo!
Ascendemos el collado campo a través, ahora muy pendientes del mapa, ya que no hay sendero y no queremos volver a caminar en balde. Llegamos al primer repecho de una larga subida, a partir de donde el terreno se torna rocoso hasta alcanzar el collado.
Desde Ailanysh Pass a 3.671 m tenemos unas espectaculares vistas a unos lagos alpinos, a los que descendemos siguiendo un sendero próximo a su orilla. Durante 4 km descendemos hasta el siguiente valle, como ya es habitual siguiendo el curso del agua, hasta el fondo, donde se encuentra el río Jergez, el cual tenemos que vadear a pie. El agua está fría, pero con el calor que hace es todo un gusto.
Vamos ahora a por el segundo collado del día a 3.516 m, nuevamente sin sendero, así que como ya hemos aprendido la lección no apartamos la vista de nuestro GPS para mantenernos en el imaginario camino. La pendiente del primer repecho es exigente. Encontramos a un chico pastoreando un rebaño de ovejas que muy simpático se acerca a saludarnos cuando llegamos a lo alto. Las vistas durante el ascenso son impresionantes, con la figura del Pico Tashtambek-Tör-Bashi (4.463 m) y sus nieves perpetuas. Este era otro de los puntos del itinerario que más ganas teníamos de ver.
Accedemos a una pequeña meseta, donde cogemos un poco de resuello, para ascender la empinada parte final hasta Boz-Uchuck Lakes.
Aunque hemos tardado más de lo previsto, debido a nuestro despiste en el primer collado, tras comer algo decidimos que nos vemos con fuerzas para continuar y enfrentarnos a la siguiente etapa. Si la previsión meteorológica se cumple, y hay que decir que sorprendentemente está acertando bastante hasta el momento, esta noche nos alcanzará el temporal y se espera que caiga la monumental. Así que intentaremos llegar hasta el pueblo de Boz-Uchuck o avanzar hasta que se haga de noche y acampar.
Los lagos Boz-Uchuck se encuentran suspendidos sobre un valle colgante en la parte del circo montañoso que cierra el valle principal. Tenéis un pequeño recorrido circular de unos 6 km para ver el conjunto de lagos. El paisaje nos ha recordado mucho al de la Sierra de Gredos. Nosotros que ya nos hemos puesto en «modo huida» no nos vamos a entretener en eso, pero lo recomendable es incluirlos en el recorrido ya sea el día de llegada o a la mañana siguiente antes de marchar.
Nada más descender al valle principal nos encontramos un campamento de yurtas turísticas donde tras saludarnos nos ofrecen alojamiento. Es tentador…pero no nos queremos arriesgar a que nos pille el temporal.
La zona está bastante anegada de agua y resulta bastante incomodo avanzar en la primera parte. Cruzamos tres arroyos saltando por las piedras y encontramos el campamento de la familia del chico que estaba con el rebaño en el collado. A partir de aquí el camino mejora mucho, bueno, mejor dicho, a partir de aquí ya hay camino. Una pista ancha que comunica varios campamentos de pastores con el pueblo. Ya superada la parte más empinada del descenso y con esta «super autopista» aprovechamos para avanzar rápido e intentar evitar que se haga de noche.
A mitad de camino cruzamos el río por un puente donde encontramos la obra de construcción de una presa. Nos cruzamos un camión que viene de descargar tierra para la obra y le pedimos bajar con él hasta el pueblo. El señor muy amablemente monta nuestras mochilas en la cuba de arena y nos lleva con él hasta Boz-Uchuck Resort. Ha sido toda una suerte encontrarle. El camino se encontraba en muy mal estado. Tras las lluvias torrenciales y el paso de los pesados camiones se encuentra destrozado. Aun yendo con el camión hemos tardado bastante ya que los socavones son muy profundos.
En agradecimiento le regalamos unos sobres de embutidos extremeños y continuamos caminando los últimos 4 kilómetros que nos quedan hasta el pueblo. Cuando los últimos rayos de sol desaparecen alcanzamos nuestro coche.
Eufóricos nos montamos en el coche. ¡Lo hemos conseguido! Pero éste no arranca, se ha descargado la batería. Paramos un coche que pasa y con una gran predisposición un par de chicos nos ayudan, conectamos las pinzas en su batería y en 5 minutos está solucionado.
Decidimos dirigirnos hasta Karakol, donde encontramos disponibilidad para alojarnos en el Hotel Tagaytay. Para celebrarlo fuimos a cenar al restaurante Dastorkon. Probamos un plato de kuurdak, un estofado de ternera con patatas, una delicia de la que disfrutaremos muchas veces durante este viaje, y unas brochetas de carne de yak y caballo con ensalada. Todo espectacular.
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Espectacular en todos los sentidos.
Muchas gracias Vale, me ha alegrado mucho tu comentario.